me costó, me costó". Marca un gol cada 109,75 partidos. Acumula más de 400 encuentros como profesional, quince temporadas en activo, y cuatro tantos en su currículum, solo dos dianas en Primera, donde milita desde 2005. Bueno, no es un delantero... Es un lateral derecho. Pablo Pinillos (Murillo de Río Leza, La Rioja, 1974) firmó su primer gol en la élite hace un año, el 26 de abril de 2009, en La Catedral. "Para mí, San Mamés siempre va a ser un campo especial por ser donde marqué mi primer gol en Primera División. Aunque fuera de penalti, pero siempre me quedará marcado. Y luego me expulsaron con dos tarjetas amarillas en un partido un poco bronco -cinco jugadores en total vieron cartulina roja- que perdimos 2-1. Pero a pesar de todo, para mí es un campo especial", radiografía el defensa del Racing. Su segundo tanto llegó el pasado mes de septiembre, un golazo ante el Sevilla. "Parece que he cogido una buena racha, a ver si puedo marcar alguno más antes de que me retire", afirma entre risas. Y es que no le queda mucho tiempo. Va camino de cumplir 37 años. "Este año acabo contrato. Me encuentro bien. Pero ya veremos qué dice el club, el entrenador que esté... entre todos decidiremos si sigo o si cuelgo las botas. Ilusión tengo muchísima, no me cuesta venir a trabajar y cada día disfruto de los entrenamientos", confiesa Pinillos.
Un jugador en plena forma y que le da vital importancia a la alimentación -fue uno de los férreos defensores de las controvertidas dietas que impuso en el Racing el técnico Marcelino García Toral-. Este curso, el riojano partió con un papel secundario, pero últimamente Miguel Ángel Portugal ha recurrido a él en los compromisos de fuera de casa. "Yo intento no bajar nunca la guardia, trabajar a tope y poner las cosas difíciles al compañero que ha venido -Francis-, que tiene que ser un jugador importante, de futuro. Tiene que ser de esa gente que vaya cogiendo ya el relevo a los veteranos. Y yo asumo mi rol: cuando me toca jugar, intento estar al 120 por cien y cuando no, desde el banquillo, trato de ayudar lo máximo y sobre todo mostrarles a los jóvenes el trabajo, la implicación, la constancia...", explica el lateral diestro. Y es que eso, el currárselo, es lo que Pinillos ha mamado. Un hombre que llegó a Primera División con 30 años, cuando crees que el sueño es ya inalcanzable. Un hombre, un obrero del fútbol, que daba patadas al balón mientras era albañil. Un hombre que ha padecido ese fútbol en el que el dinero no rebosa, pues estuvo en la época más oscura del Compostela. "A mí me tocó compaginar mi profesión de albañil con el fútbol. Y un día se me presentó la ocasión de poder jugar de forma profesional en Segunda B en Pontevedra y con 22 años salí de casa. No me quejo, me ha ido francamente bien y me ha costado muchísimo poder llegar a acariciar la Primera División. He pasado por todas las categorías y por todas las dificultades del mundo del fútbol de impagos, de encierros en Segunda, descensos... En ese sentido, me siento una persona curtida en mil batallas. Pero todo lo que he pasado me hace valorar muchísimo más ser un jugador de Primera, porque somos unos privilegiados, y agarrarme a la profesión y disfrutar cada día de ella", asegura el jugador del Racing.
Estando en el Compos, el defensa posó, junto a sus compañeros, desnudo en la revista Interviú. Corría el año 2000. "Creo que fuimos los segundos. Antes no sé si habían posado en el Betis, pero sí éramos de los pioneros que denunciaban así la situación en la que estábamos", comenta Pinillos así la cara más cachonda de una "etapa dura". "Pasamos tres años de altibajos, de problemas económicos, un año entero sin cobrar, encierros en el vestuario... son situaciones dramáticas. Ves a compañeros que no pueden pagar el alquiler del piso o la guardería de los niños. No era nada fácil y aun así mantuvimos al equipo en Segunda, fuimos octavos y eso tiene un mérito tremendo", describe el defensa riojano.
sexta campaña en el racing Después, llegaron mejores tiempos para el zaguero -que ya había tenido un tímido primer contacto con la Primera División en la temporada 2007-08 al jugar siete partidos con el Deportivo- porque se marchó al Levante y gozó del ascenso a la máxima competición. Luego, el Racing, desde 2005, consolidó su camino. "En Santander he vivido lo mejor de mi carrera, he tenido una estabilidad económica y deportiva y eso al jugador le hace crecer como futbolista y demostrar cada día más, aportar ese granito de arena ante la confianza que te da siempre el club y la afición. Han sido, además, los mejores años del club, las mejores clasificaciones de la historia, jugar la UEFA, dos semifinales de Copa... La pena es no haber llegado a una final, vivir una noche como pudo vivir el Athletic en Valencia", rememora Pinillos. Un futbolista que desnuda su admiración hacia el club rojiblanco y hacia su campo, donde perforó por primera vez la portería rival en el escalón más elevado del fútbol: "Siempre he dicho que para mí San Mamés es el campo en el que mejor y con más pasión se vive el fútbol. Da gusto jugar allí porque un jugador se motiva nada más ver el ambiente y la afición".