Un bigote plateado por las nieves del tiempo, como diría el tango, y un abrigo de tres cuartos que no le impide armar la pierna derecha para el disparo. Ésa es la imagen que se conserva de Frederick Beaconsfield Pentland -Míster Pentland para el imaginario del Athletic- en aquella tarde de diciembre de 1959, cuando el Athletic le homenajeó con un partido disputado en San Mamés frente al Chelsea (1-0 para los leones...), 26 años después de que dejase los banquillos de San Mamés. Quienes vivieron cerca de él ese día, en el que el presidente del Athletic, Javier Prado, le hizo entrega de la insignia de oro y brillantes del club, aseguran que el viejo entrenador del bombín y el puro habano exclamó ¡Ya me puedo morir tranquilo! Lo hizo tres años después, en Lytchett Matravers. Cuando falleció el Athletic celebró una misa en su honor en San Mamés. La única hasta la fecha.

Estas y otras historias como la de su histórico bombín, destrozado por el equipo tras la conquista de cada título, es una de las que pueden contemplarse en la exposición Míster Pentland, inaugurada ayer y organizada en la temporada en que se cumplen ochenta años del primer doblete en la historia del fútbol en España. Allí pueden verse, además, su txapela de paseo, la mencionada insignia, un amuleto que le acompañó en cientos de partidos -dicen que incluso en los celebrados en Alemania, donde estuvo retenido durante la Primera Guerra Mundial...-, el cruce de cartas con el club e incluso un diploma olímpico de Amberes. La exposición, repleta de artículos de la época, honra la memoria de ese inglés que vino a Bilbao.

Acordaron encontrarse en la inauguración de la muestra, puesta de largo ayer por Fernando García Macua en el museo del club, dignos sucesores de aquel banquillo. Así, Koldo Agirre, José Ángel Iribar, Txutxi Aranguren, Txetxu Rojo, Mané y su inseparable Ángel Garitano, Ondarruen nombre de Joaquín Caparrós, José María Amorrortu, José María Argoitia y la leyenda hecha carne de Rafa Iriondo. Entre bastidores se maldecía la ausencia de Howard Kendall y de Angela Hilton, hija de Mr. Pentland, ausentes en la tarde merced al fogoso soplido de un volcán islandés de nombre impronunciable que les impidió volar desde las islas. Al cabo de la tarde, en un rincón, se inmortalizaron en una fotografía, tocados por el mítico sombrero de su antecesor.

Medallas conquistadas en las dos ligas y cinco copas logradas como entrenador del Athletic o disquisiciones sobre cómo distinguir el training del coaching, balones de cuero cuarteado y sin gas e incluso el mechero, con una incrustación de la bandera rojiblanca, con la que daba lumbre a sus vegueros. Todo está ahí, en una muestra que ayer visitaron, además de los citados, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, el director de Deportes, Iñaki Mujika, Asier Arrate, director del museo y cicerone de la muestra; Jon Sustatxa, Jorge Aio, Manolo Castaños, Javier Erice, los hermanos Jorge y Txema Agirrezabala, Inmaculada Legarreta, el viejo delantero, Ignacio Uribe; Víctor Pérez de Guezuraga y Begoña Romo en nombre de Petronor; directivos como Emilio Prieto, Santi Ansoreo o Juan Antonio Zarate; Javier Alonso, María Etxebarria, Gorka Palacios, Javier Ortuondo, Patxi Xabier Fernández, Amagoia Iturbe, José Luis Etxebarria, Blas Bermúdez, José Luis Markaida, Mikel Mendizabal, la fotógrafa del club, Marieli Oviedo y un sinfín de aficionados y nostálgicos de la historia de un club que comenzó a hacerse grande de la mano este hombre que ahora se glorifica.

Entre las cartas con las que Luis Errazti anunciaba al presidente del club el fichaje de Fred Pentland o planificaba con el técnico inglés la pretemporada; entre la portada del Norte Deportivo que recoge su figura y la lección dictada por el técnico inglés bajo el título "El arte de entrenar un equipo de fútbol"; la exposición se recorre en un santiamén. Ayer lo hicieron, además de los citados, Javier Agirregomezkorta, Víctor Sarabia, Juan Carlos Igartua, Aitor Basabe y un discreto número de seguidores que se hicieron hueco en la primera visita a una muestra que se anuncia como uno de los primeros pasos para la recuperación de la memoria histórica del club. En un aparte se confesó que el club aguarda como agua de mayo el nuevo San Mamés también para levantar un museo acorde a su historia. No en vano, la llegada de Mr. Pentland ha relegado al almacén otras colecciones disponibles en el club. Lo agradecerá la institución y todos cuantos deseen conocer detalles de su gran historia.