Nadie pone en duda que Bilbao es territorio del Athletic. Que el rojiblanco engalana la villa cuando hay partido y que los dominios de las leonas son complicados conquistar. Sin embargo, hoy San Mamés ha sido un poquito de Aitana Bonmatí. Y es que La Catedral ha tenido que rendirse a las evidencias. La catalana es muy buena y no lo digo yo, lo dice la FIFA, la UEFA, LaLiga… y casi cualquiera que entienda de fútbol. Por eso, las 23.490 personas que han acudido a La Catedral para presenciar la ida de las semifinales de Copa lo han hecho para animar al Athletic, pero también para deleitarse con Bonmatí. Porque no todos los días uno puede disfrutar en directo de una Balón de Oro. Y campeona de mundo y de Liga y de Champions... Así que sí, el estadio del Athletic no ha tenido reparos en reverenciar su juego e incluso agasajarla con sus aplausos. Aunque haya metido dos goles en cinco minutos dejando la eliminatoria vista casi para sentencia.

Pero que nadie se confunda. Que San Mamés sigue siendo territorio rojiblanco. Porque agradecer el buen juego es cosa de la razón, pero ser del Athletic es algo del corazón. Solo así se entiende que la afición no haya decaído tras el doblete de Aitana y que haya seguido alentando a sus leonas para que siguieran de caza en busca de un gol que nunca ha llegado. Así, La Catedral ha entendido que el duelo se jugaría en campo propio y ha aplaudido cada desgaste defensivo. Ha asumido que la posesión sería blaugrana y ha ovacionado cada robo de Nahikari y cada carrera de Azkona. Se ha levantado del asiento cuando Nanclares ha volado para evitar el tercero del Barcelona y ha ensordecido a las rojiblancas con su himno para que no cayera ningún tanto más. Aunque después Salma no tuviera piedad.

23.490 aficionados

Porque una semifinal de Copa no es algo baladí en Bilbao. Ya se demostró el pasado 29 de febrero, el día bisiesto, en la visita del Atlético de Madrid cuando 52.061 espectadores batieron el récord de asistencia de San Mamés. Y también se ha demostrado hoy, cuando 23.490 aficionados han acudido a La Catedral para apoyar a las rojiblancas. Cierto es que son números que lejos quedan de las 48.121 personas que acudieron en 2019 en los cuartos ante el Atlético de Madrid y que por aquel entonces supusieron el máximo registro estatal de un partido de fútbol femenino. Pero mejoran las cifras de los octavos ante el Madrid CFF del pasado enero, también en La Catedral, que se disputó ante 21.996 personas.

Por eso, cuando los asistentes han leído en el vídeomarcador todos los que han sido, han aplaudido. Se han ovacionado a sí mismos. Porque no es fácil seguir animando contra el mejor equipo del momento, ni siquiera cuando el partido trasciende lo deportivo. Porque este duelo ha sido el acto inaugural del Día Internacional de la Mujer, un homenaje a todas las futbolistas pasadas y presentes que lucharon para que las futuras vivan mejor. A todas las referentes que, en una generación única, han salido aplaudidas. Porque San Mamés es territorio del Athletic pero hoy ha comprendido que esta es una lucha que no va por colores.