Siempre he tenido claro que en Aste Nagusia se sale con las deportivas más viejas, esas que importa bien poco que se manchen. Y como piensa el ladrón que todos son de su condición, me imaginaba que todos aquellos que se pasaban por El Arenal lo hacían de la misma forma. Sin embargo, esta semana estoy poniendo especial atención en el calzado que lleva la gente y no son pocas las sorpresas que me estoy llevando.
Es cierto que los bilbainos y bilbainas no visten sus pies de la misma manera por la noche que por el día. Cuando sale la luna, nadie sale de la playera. ¡Y como para ponerse otra cosa! Con las miles de personas que se juntan en txosnas difícilmente no te llevas un pisotón y aunque no estés en pleno bullicio, las botellas rotas y los cristales son habituales por las calles.
Ahora bien, por las mañanas la ciudad parece otra y es que el operativo de limpieza que ha puesto en marcha un año más el Ayuntamiento de Bilbao hace verdaderas maravillas. Son, sin lugar a dudas, los magos de Aste Nagusia. Transforman las calles en un abrir y cerrar de ojos, y lo digo con conocimiento de causa tras haber visto durante muchos años cómo quedaba por la noche la Plaza del Gas y cómo por la mañana los operarios trabajaban a destajo para dejarla impoluta. Desde aquí, gracias. Porque si no fuera por vosotros, mi hija, “la madrugadora de Bilbao” no podría poner un pie en la plaza a primera hora. Y es que no solo limpiáis, ayudáis a que los vecinos conserven cierta normalidad en sus calles esta loca semana. Y a su vez, hacéis posible que la gente se ponga sandalias. Porque sí, hay quien sale en Aste Nagusia en sandalias. Y no son pocos los que lo hacen.
Las de sandalia...
Marina Leandro y Nerea Madariaga son dos de las muchas que cuando sale el sol optan por salir con sandalias a pesar de ser Aste Nagusia. “Se puede ver mucho mejor que por la noche y está el suelo despejado y limpio. No hay la suciedad que hay por la noche”, indican a la vez que confiesan que su look cambia cuando cae la noche. “Entonces sacamos del armario las zapatillas que solamente nos ponemos esta semana”, confiesan entre risas.
Quienes también visten con sandalias son, curiosamente, la pregonera Itziar Ituño y la txupinera Nagore Ugarte. Acuden a cada acto con ellas, a diferencia de sus últimas dos predecesoras que calzaban zapato cerrado.
Los de zapatilla...
En el lado opuesto están Roberto Barbero y Javier Fernández, unos fieles a las deportivas tanto de día como de noche. Priman la comodidad, sin embargo, no utilizan las mismas de noche que de día. “Por las noches salimos con zapatillas oscuras para que la mierda no se vea tanto”, aseguraban. “Yo tengo unas que están destrozadas, mi mujer cada vez que las ve me dice que están para tirar pero le digo que ni las toque porque son para esta gran semana”, confiesa Barbero.
Por ello, las playeras se convierten en la estrella de la noche en cuanto a calzado en Aste Nagusia, pero durante el día el primer puesto está reñido junto a las sandalias. Lo que es un rara avis estos días es el zapato de tacón. No hay sitio para ellos en el recinto festivo, para encontrarse con alguien que los calce hay que alejarse de El Arenal e ir al teatro o al tardeo en Euskalduna Klub. Ahí, donde la vestimenta se prima y la comodidad no es lo más importantes sí se pueden llegar a ver tacones.
Y es que, aunque el resto del año los zapatos cobran una especial importancia en cada look, lo cierto es que en Aste Nagusia aquellos que disfrutan de ella prefieren ‘sobrevivir’ a ‘lucir’.