Superado el ecuador de Aste Nagusia la cual no quiero que acabe, no pudo faltar la tradicional reunión de actores y actrices en la Plaza Nueva para disfrutar de un jueves de poteo, también denominado txikiteo. Txikitear es una costumbre arraigada que se sigue conservando aunque con los cambios de hábitos, en menor medida. De camino al lugar de reunión al cual llegué con treinta minutos de antelación, como si fuera fin de semana, las calles estaban completamente llenas. En la decimotercera edición, ningún actor o actriz se quiso perder el tradicional poteo que les reunió al mediodía en los bares de la Plaza Nueva. Se notó que la temperatura había descendido diez grados respecto al miércoles. El alcalde, Juan Mari Aburto, acompañado de la corporación municipal, no se quiso perder el brindis que daba comienzo al poteo.

La temperatura se niveló cuando llegó la primera parada para saciar el calor con el primer txikito, un refrescante txakoli que sin mirar la botella al servir, inmediatamente bajó por la garganta de la misma forma que lo hará Gargantua mañana con los más pequeños. Momento previo al primer poteo, le acompaño la letra de Un Inglés vino a Bilbao, entonada por los presentes. El ambiente de la Plaza Nueva es diferente, da vida a Bilbao, me recordó a cuando hace años -bastantes- iba a cambiar los cromos de fútbol. Nunca se me olvidará la forma en la que terminé una colección cuando a falta de un cromo intercambié un total de sesenta por el que necesitaba. Con esta reunión anual para tomar txikitos pude confirmar lo que descubrí en el Baile de la Era, la Plaza Nueva respira desigual a otros lugares de la villa.

Muchas de las actividades que se desarrollan durante la semana de Aste Nagusia son tradición. Al igual que he convertido el paseo por la Gran Vía en una costumbre diaria para ver la cantidad de personas que transitan por Bilbao. Desde Moyua hasta la Plaza Nueva, se pueden observar esas ganas por querer disfrutar de las actividades organizadas, eso si, a la sombra, los que no tuvieron la misma suerte fueron los deportistas de Herri Kirolak que estaban sudando la gota gorda mientras partían los troncos. Por el bien de las y los valientes que deleitaron al público a pleno sol, espero que se pudiesen lanzar a la ría para quitarse rápidamente el sudor de la misma forma que lo hicieron el sábado después del txupin.