Bruselas - Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) llegaron ayer un acuerdo político para "revivir" su operación Sofía en el Mediterráneo central, todavía en vigor pero sin efectivos navales, y "reorientarla" para contribuir más al embargo de armas a Libia. "Hay acuerdo en el Consejo para revivir y reorientar 'Sofía' (...) Se ha manifestado la voluntad política y nadie ha estado en contra", informó el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, en una rueda de prensa al término de un Consejo de ministros en el que se evaluó cómo puede contribuir la UE al resultado de la conferencia del domingo en Berlín sobre Libia.

En esa cita, que reunió a actores internacionales y las partes implicadas en esa crisis -el Gobierno de Unidad Nacional respaldado por Naciones Unidas o Turquía y el mariscal rebelde Jalifa Hafter, apoyado por Rusia-, se acordó trabajar para que la actual tregua sobre el terreno se convierta en un verdadero alto el fuego y garantizar el respeto al embargo de armas ya decretado por la ONU.

Según Borrell, la voluntad de poner a la Operación Sofía a disposición del embargo de armas fue clara, pero para materializarla aún será necesario que el asunto pase por diferentes grupos de trabajo del Consejo, que harán propuestas y evaluarán los detalles técnicos.

El político español recordó en cualquier caso que, desde su inicio, el mandato de Sofía era "dual": combatir a las mafias que trafican con migrantes y respaldar el embargo de armas ya en vigor. En cambio, sus capacidades se vieron muy mermadas desde que en marzo de 2019, pese a ser prolongada, la UE decidiese "suspender temporalmente" la participación de barcos por desacuerdos sobre el desembarco de personas rescatadas. La Italia del exministro del Interior Matteo Salvini rechazaba que las personas que rechazaran las embarcaciones de Sofía recalaran en sus puertos.

Borrell explicó que no se trata de "cambiar" sino "reorientar" el mandato de Sofía, y abrió la posibilidad a que la operación cuente con otros medios como satélites, ya que el embargo "no debe ser controlado solo por el mar, dado que la mayoría de las armas llegan a través del desierto, una frontera muy extensa entre Libia y los países vecinos".

"La idea es revivir Sofía para el embargo de armas", comentó.

Apoyar el alto el fuego Además de trabajar sobre la operación naval, los ministros también pidieron en la reunión de ayer a los grupos de trabajo del Consejo presentar propuestas sobre cómo contribuir a la aplicación de un alto el fuego el Libia, una vez se haya alcanzado. "Tenemos que enfatizar que no estamos aún en un alto el fuego, sino en una tregua, que es inestable y puede ser violada varias veces al día. Esperamos que se estabilice y vayamos hacia un alto el fuego. Sin ello, es difícil imaginar una implicación más fuerte de la UE", advirtió el jefe de la diplomacia comunitaria.

Borrell reconoció que ayer hablaron, como parte de sus preocupaciones, de la llegada a Libia de antiguos combatientes de Siria pero también de Sudán, y recordó que en Berlín las partes implicadas acordaron abstenerse del envío de más combatiente y armas y de "congelar" la situación mientras se negocie el alto el fuego. Sobre cómo podría la UE contribuir al alto el fuego sobre el terreno cuando esté instaurado, Borrell pidió esperar a conocer "en qué marco quiere intervenir la ONU".