La mujer acusada de haber asesinado y descuartizado a su pareja, un hombre de 62 años vecino de Barakaldo, cuyo cuerpo apareció desmembrado en un monte de ese municipio de Ezkerraldea en noviembre de 2020, se enfrenta a una petición inicial de pena de 22 años y seis meses de cárcel por parte de Fiscalía.
Tras dos semanas de vista oral en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Bizkaia, las partes presentarán a lo largo de la sesión judicial de este viernes sus conclusiones, momento en el que la Fiscalía podría cambiar su informe inicial en el que estimó el crimen como un asesinato con el agravante de alevosía y solicitaba para la acusada 22 años y medio de prisión, así como una indemnización de 30.000 euros para cada uno de los hijos del fallecido y de 22.500 para cada uno de sus dos hermanos.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco han indicado este jueves que el próximo lunes 9 de mayo las nueve personas que conforman el jurado popular de este caso, compuesto por seis hombres y tres mujeres, se retirarán para debatir sobre el objeto del veredicto que les entregará la magistrada presidente, Elsa Pisonero. La deliberación se prolongará hasta que los miembros del jurado alcancen una decisión respecto a la culpabilidad o no de la acusada, en base a lo que han escuchado en la vista oral.
Presa preventiva en Araba
La acusada, S. H. M., internada de manera preventiva en la prisión de Araba, reconoció inicialmente el crimen, si bien no facilitó la localización del cuerpo del hombre con el convivía. El hermano de la víctima denunció su desaparición en julio de 2020 y cuatro meses más tarde efectivos de la Ertzaintza localizaron restos de un cadáver en el monte Rontegi.
La Policía Vasca activó un operativo de rastreo que se prolongó durante varios días en la zona coordinado por la sección central de investigación criminal de la policía vasca, con la participación de la Unidad de Vigilancia y Rescate (UVR) y la Unidad Canina. Se da la circunstancia de que tanto el hombre fallecido, la presunta asesina y sus hijos residían cerca de la zona donde apareció el cuerpo descuartizado.
El consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, informó entonces de que "indiciariamente" los restos humanos encontrados pertenecían a una persona que había sido asesinada y ya adelantó que podían pertenecer al hombre desaparecido en el mes de julio anterior.
Durante el juicio, miembros de la policía científica de la Ertzaintza han prestado su testimonio y dieron detalles de la investigación que llevaron a cabo con respecto a los restos del cadáver de la víctima. Por su parte, los forenses apuntaron la posible causa del fallecimiento.
Además, a petición de la Fiscalía, una de las sesiones se desarrolló a puerta cerrada para proteger "la intimidad de la acusada y la memoria de la víctima" además de por la crudeza de las imágenes ofrecidas cuando la policía científica recogía los restos esparcidos del cadáver.
