Aquellos vizcainos residentes en Cantabria que mañana tengan que desplazarse a Bizkaia por trabajo tendrán que armarse de paciencia a la hora de volver a casa, ya que un desprendimiento de tierra ha obligado a cerrar la carretera A-8 a la altura de Ontón, en el límite entre Bizkaia y Cantabria, y desviar el tráfico por la N-634. Las retenciones no han cesado durante toda la jornada este sábado, llegando hasta los tres kilómetros, y aunque se estuvo trabajando en ese punto todo el día para retirar el argayo, la vía permaneció cortada en todos sus carriles en dirección hacia Santander y se desconoce cuándo volverá a estar completamente operativa.

Aunque el desprendimiento afecta a un tramo de la autovía en Cantabria, se produjo en el límite entre las dos comunidades y es la Ertzaintza la que se ocupa de desviar el tráfico por la N-634, a la altura de Muskiz.

Se trata de un desvío de apenas un kilómetro, desde la salida situada en el 138 hasta el 139, a la altura de La Haya, donde los vehículos vuelven a incorporarse a la autovía, si bien a lo largo de toda la jornada se registraron retenciones de entre dos y tres kilómetros.

Según indicó la Delegación del Gobierno de Cantabria, la inestabilidad de los elementos de tierra y piedras que se desprendieron de la ladera, junto con la lluvía caída, fue lo que desde primera hora de la mañana de este sábado estaba atrasando las labores de retirada del argayo y lo que hizo que ayer no se pudiese abrir durante toda la jornada el carril izquierdo para permitir la circulación.

Los hechos ocurrieron este sábado, cuando antes de las 6.00 horas se cortó la A-8 por el desprendimiento piedras sobre la calzada del muro de cemento de la autovía. A primeras horas el argayo no causó dificultades significativas en el tráfico, ya que era escaso en un día tan lluvioso, teniendo en cuenta además que durante los fines de semana no circulan camiones.

UN PASO EN LA MEDIANA

Con el fin de tratar que el tráfico no se aglutine en la carretera nacional, se puso sobre la mesa la posibilidad de realizar un paso en la mediana para que los vehículos puedan circular en dirección a Santander por uno de los tres carriles que tiene la calzada contraria. Sin embargo, tanto las labores para retirar el argayo como para redirigir el tráfico se vieron dificultadas por la lluvia.

Las retenciones continuaban este sábado diez horas después del desprendimiento, aunque será el lunes cuando se puedan ver las mayores afecciones en el tráfico, ya que miles de vizcainos residen en municipios cántabros como Castro Urdiales, lo que conllevará que en la ida al trabajo (Cantabria-Bizkaia) no encontrarán mayor densidad de tráfico que el habitual, sino que será a la vuelta (Bizkaia-Cantabria) cuando puedan verse las mayores retenciones.

El ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Gobierno de España y la Delegación del Gobierno en Cantabria estuvo durante el día de ayer informando sobre la situación de las retenciones y los trabajos de retirada a la ciudadanía, aunque confesaban que el tiempo lluvioso estaba atrasando las labores para restablecer el tráfico e indicaron que los trabajos podrían prolongarse durante días, sin dar una fecha concreta sobre cuándo se restablecerá la circulación por la A-8 sentido Cantabria en ese punto.