"Señor Cabezudo, puede sentarse, por favor". El fotógrafo, vestido con chaqueta verde, pantalones vaqueros y zapatillas deportivas tomaba asiento ayer a las 10.52 horas en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Gipuzkoa, donde negó reiteradamente haber sometido a abusos sexuales a ninguna de sus modelos durante sus cuatro décadas de trabajo profesional.
La esperada declaración en la causa principal que se sigue contra Kote Cabezudo, para el que la Fiscalía de Gipuzkoa pide penas que suman 121 años y medio de cárcel por 32 presuntos delitos de índole sexual, se prolongó durante más de dos horas. El fotógrafo insistió en que las modelos siempre han conocido al detalle los términos de los contratos de las sesiones de trabajo, por lo que "jamás han hecho nada que no quisieran hacer".
Cabezudo está acusado de abusar de ellas durante las sesiones de trabajo, así como de compartir imágenes sin su consentimiento en páginas pornográficas de pago en internet en las que se les veía desnudas. El Ministerio fiscal le sometió ayer martes a un intenso interrogatorio en el que enumeró hechos narrados por 16 de las perjudicadas.
Cabezudo negó haber forzado nunca a ninguna modelo a hacer nada que no quisiera. En relación a una de las presuntas víctimas, con la que el acusado realizó sesiones fotográficas a partir de abril de 2008, señaló que "conocía que iba a ser fotografiada desnuda", porque así lo ponía en el contrato. "Conocía mi trabajo, mi web, sabía que había desnudos", declaró ayer martes durante la segunda sesión del juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, donde el fotógrafo no respondió a la acusación particular.
El proceso se inició con una primera denuncia por un delito de estafa y revelación de secretos después de que, en 2013, una joven denunciara que fotografías que supuestamente le tomó Cabezudo aparecían en páginas de contenido pornográfico. Comenzó entonces la instrucción del caso, que se cerró a finales del año pasado con un auto que procesó al fotógrafo por la presunta comisión de casi medio centenar de delitos.
Cabezudo explicó ayer martes que las sesiones de fotos con sus modelos eran un "set en el que hacía falta un director y un guionista, que era yo. Yo me encargaba de preparar la iluminación, la decoración y el mobiliario en un espacio de cien metros cuadrados. Ella -en alusión a una de las denunciantes- salía maquillada sabiendo lo que íbamos a hacer en el set", detalló.
El Ministerio fiscal le interrogó sobre el relato ofrecido por otra presunta víctima, con la que el acusado comenzó a trabajar entre 2009 y 2013. "No es cierto que le tocara los pechos. Que yo recuerde no, al menos, sin su consentimiento". Reconoció que trabajó con dos menores de 17 años con las que realizó sesiones, siempre, dijo, "en una conducta sensual". "Siendo menores de edad las dejaba evolucionar. Tenían 17 años, eran lo suficientemente maduras para saber lo que estaban haciendo. No era una conducta sexual, era una conducta sensual", precisó.