“Emprender no es fácil; ha habido momentos duros”
En 1998 fundó la agencia VK Comunicación, una consultora especializada en la definición de la estrategia y gestión de la comunicación en empresas e instituciones, que cuenta en la actualidad con 14 profesionales
Con más de tres décadas dedicadas a la comunicación, Virginia Knörr (Gasteiz, 1964) ha sido testigo y protagonista de la evolución del sector en Euskadi. Fundó en 1998 la agencia VK Comunicación, convertida hoy en una referencia en estrategia y gestión de comunicación empresarial e institucional. Su trayectoria, marcada por la coherencia, la visión y la pasión por contar bien las cosas, refleja la solidez de una profesional que ha sabido adaptarse sin perder la esencia de su oficio.
¿Qué le llevó a montar su propia agencia?
Estudié Periodismo, hice prácticas en radio, luego pasé por Fujitsu, una multinacional japonesa, y después por el Gobierno vasco, donde estuve ocho años. De repente decidí salirme de todo aquello y montar mi propia empresa. Creo que influyeron tres cosas: vengo de una familia emprendedora, donde mi padre y dos de mis hermanas habían creado sus negocios; detecté una necesidad clara en el mercado que yo podía cubrir; y, por último, me atraía la idea de ser mi propia jefa, de asumir el riesgo y vivir esa emoción del reto.
¿Cómo recuerdas los inicios?
Fue el 1 de diciembre de 1998. No se me olvida. Fue un cambio radical: pasé de trabajar en un gran equipo a estar sola, sin nadie que me llamara y pidiera opinión. Al principio sientes mucha ilusión, pero también una gran soledad. No existía entonces la red de apoyo que hay ahora, ni las ayudas al emprendimiento que existen hoy.
La comunicación es clave. Si nadie sabe que existes, es imposible que confíen en ti
¿Le ha costado consolidar la empresa?
He tenido mucha suerte, porque tras 27 años sigo aquí, con un equipo de 14 personas. No ha sido fácil. Emprender no es algo idílico como se muestra en las películas. El camino está lleno de dificultades. Ha habido momentos duros y de mucha responsabilidad, sobre todo cuando tienes gente que depende del proyecto y clientes que confían en ti.
¿Qué papel juega la comunicación en el éxito empresarial?
Es clave. Muchas empresas no dedican tiempo a saber contar quiénes son ni qué hacen. Y si nadie sabe que existes, es imposible que confíen en ti. Al principio tuve que conseguir que el mercado supiera que estaba ahí, y cuando llegaron los primeros clientes todo empezó a fluir. Pero recuerdo que el primer día solo me llamó mi marido para invitarme a comer.
Imagino que la familia ha sido un apoyo importante.
Fundamental. No porque trabajaran conmigo, sino porque me apoyaron sin cuestionarme. Estoy segura de que no lo habría hecho sin ese respaldo.
¿El hecho de ser mujer le ha supuesto barreras?
En VK somos 14 personas y 12 somos mujeres. No porque lo haya buscado, sino porque nunca he dejado de contratar a una mujer por serlo. Al principio escuché muchos comentarios sobre el lío en el que me metía. Y he aprendido mucho. los embarazos, las bajas y los regresos han mejorado nuestra organización. Lo que no se cuida lo suficiente es cómo vuelve una mujer al trabajo después de ser madre. Ese momento es crucial y pocas veces se acompaña como merece.
¿Hoy, después de casi tres décadas, qué le motiva a seguir?
Tres cosas. La primera, que me gusta venir a trabajar; disfruto al entrar en la oficina. La segunda, la gente que ha confiado en este proyecto y se ha subido a bordo. Y la tercera, los clientes que depositan en nosotros algo tan delicado como su reputación. Eso es un subidón.
¿Qué consejo daría a las mujeres que quieren emprender?
Que no piensen que no pueden hacerlo. No hay nada peor que arrepentirse de no haberlo intentado.
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