Este jueves se celebra la noche de Halloween, una tradición proveniente desde Estados Unidos en la que el terror es el principal protagonista. Esta festividad deriva del Samhain de los celtas. Se trataba de una jornada en la que esta sociedad celebraba la cosecha y el comienzo del invierno, en el que consideraban era el momento en el que la separación entre el mundo de los vivos y de los muertos era más frágil.
Antes de la llegada de Halloween, que se popularizó a partir de la década de los 70 debido a la influencia cinematográfica norteamericana, en Euskadi era habitual celebrar la Arimen Gaua o Gau Beltza en la noche anterior a la celebración del día de Todos los Santos.
Durante la Gau Beltza encendían velas en las ventanas para guiar a las almas de los familiares fallecidos hasta casa, y colocaban comida en la mesa para ellos. Al igual que en Halloween, los niños se disfrazaban de fantasmas y pedían comida a los vecinos, al más puro estilo del "truco o trato". Según cuentan, era habitual que vaciaran calabazas o nabos a los que tallaban unos ojos y una boca para colocar en su interior una vela encendida. Después, los colocaban en lugares escondidos para asustar a sus vecinos.
A pesar de que Halloween goza de una gran popularidad, la Arimen Gaua está recobrando protagonismo y es cada vez más visible como patrimonio cultural en Euskadi.