Latinoamérica no deja de reforzar su posición como origen mayoritario de las personas nacidas en el extranjero que viven en Euskadi. En trece años ha pasado de representar un 47,8% del colectivo en 2010 a ser en la actualidad más de la mitad, en concreto, un 53,9%. En el último año el salto ha sido considerable, puesto que ha crecido en casi dos puntos respecto a 2022, cuando el índice era del 52%.

Y es que esa zona geográfica acapara el repunte experimentado en el flujo de inmigración, puesto que allí nacieron el 70,9% de las más de 20.000 personas llegadas del extranjero entre 2022 y 2023. Factores como el idioma contribuyen, sin duda, a que, en una clasificación por países de origen de la población vasca nacida en el extranjero, ocho de los diez primeros sean latinoamericanos. Al frente de la tabla se encarama Colombia, al aportar 5.734 nuevos residentes, es decir, un 28% de todos los llegados en el último período contemplado por el estudio. Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Honduras, Ecuador, Paraguay y Perú también aparecen en esa lista de diez naciones con mayor presencia.

Colombia conquista ese primer puesto en detrimento de Marruecos, que sigue aumentando su presencia en el colectivo inmigrante, con 1.295 nuevos residentes, pero lo hace a menor ritmo que los países latinoamericanos. Por territorios, se atisban matices diferenciadores. Colombia es el país con mayor representación en Bizkaia y Araba, en ambos casos por delante de Marruecos, origen mayoritario de la población extranjera en Gipuzkoa, donde Nicaragua ocupa la segunda plaza por delante del colectivo colombiano.

Este crecimiento lo han notado y mucho en Asocolvas, la Asociación de Colombianos y Colombianas en el País Vasco. “Nos vemos desbordados a la hora de asesorar y acompañar a los recién llegados”, admite su presidente, Alberto Galindo. “Tras la pandemia, el número de personas que empezaron a llegar a Euskadi se ha cuadruplicado, mientras que nosotros seguimos con los mismos recursos de siempre”, pone de manifiesto.

Galindo señala dos motivos principales que explican esta oleada: “Por un lado, la crisis económica generada por el covid ha empujado a gran parte de la población a buscar una vida más cómoda. Este proceso de inmigración a España se ha visto además acelerado como consecuencia de la implantación del ETIAS”, el visado que se exigirá a los viajeros de Latinoamérica para visitar los países del espacio Schengen y que entrará en vigor en 2025, aunque inicialmente iba a hacerlo este año. “Cuando esté en funcionamiento, este requisito bloqueará más la llegada de latinoamericanos a España y Euskadi”, augura.

EUROPA, A LA BAJA

El constante crecimiento de la ciudadanía de origen latinoamericano contrasta con la tendencia opuesta esbozada por la procedente del resto de Europa. En los últimos trece años ha perdido casi 10 puntos porcentuales, pasando de un 28,1% en 2010 al 17,8% del último registro. En este apartado resulta especialmente significativo el caso de Rumanía. La cuarta nación más representada entre la población vasca, por detrás de Colombia, Marruecos y Nicaragua, va perdiendo peso. Entre 2022 y 2023 se redujeron en más de 400 las personas de origen rumano, remarcando una tendencia a la baja manifestada en los tres últimos años.

En lo que se refiere a la inmigración proveniente de otras áreas geográficas, las variaciones de su peso específico son menores en los últimos lustros. Sigue al alza, aunque de manera pausada, la del colectivo magrebí, que ha pasado de un 11,9% en 2010 a un 14,5% en 2013, aproximándose ya a las tasas de la población nacida en otros países europeos. El porcentaje de personas llegadas de países subsaharianos tocó techo en 2017 con un 7,8%, para descender al 6,6% actual, solo 0,8 puntos más que en 2010. Una evolución similar experimentan los residentes nacidos en Asia, cuyo índice entre la ciudadanía vasca ha descendido del 7,3%, máximo alcanzado en 2015, al 6,2% de hoy en día.