Bizkaia incrementó entre 2022 y 2023 en casi 12.000 personas su población de origen extranjero. Este territorio acaparó el 58,9% del aumento del flujo migratorio experimentado en ese período en el total de Euskadi, cifrado en 20.203 nuevos residentes nacidos en otros países. Se trata del segundo mayor crecimiento anual de la historia, según el estudio publicado por Ikuspegi, el Observatorio Vasco de la Inmigración. Con este empujón, el porcentaje de la población foránea crece en 0,9 puntos y alcanza ya el 12,4% del total de la Comunidad Autónoma, la cota más alta nunca alcanzada.

El estudio constata que, a 1 de enero de 2023, eran 274.142 las personas nacidas en un país extranjero que vivían en Euskadi. De ellas, la mitad lo hacen en Bizkaia, que, pese al fuerte aumento experimentado, se mantiene como el territorio con menor presencia porcentual de residentes originarios de otros países. Con las 11.916 incorporaciones este colectivo se eleva a 137.095 personas en Bizkaia, lo que supone un 11,9% de la población total. Así, recorta distancias con Gipuzkoa, que registra un 12,1% de residentes extranjeros, pero sigue lejos de Araba. A dicho territorio llegaron entre 2022 y 2023 casi 4.000 nuevos migrantes, un aumento en términos relativos superior incluso al de Bizkaia que eleva al 14,6% el peso de la población alavesa nacida en otros países.

En cualquier caso, si se compara con el resto del Estado, el índice de inmigración foránea de Euskadi está por debajo de la media estatal, que se sitúa en el 17,1% de la población total. En el ranking por comunidades, ocupa un discreto decimotercer puesto de un total de 19. Con las Islas Baleares, lugar de residencia de muchas personas procedentes del norte de Europa o de Gran Bretaña, encabezando la lista, por debajo de la Comunidad Autónoma Vasca solo aparecen Andalucía, Cantabria, Galicia, Castilla y León, Asturias y Extremadura, que apenas cuenta con un 5,1% de población extranjera.

Desde la perspectiva de género, hay una uniformidad entre los tres territorios, en los que la presencia de la mujer es ligeramente mayoritaria, representando de media un 52,4% del colectivo inmigrante. Ese porcentaje lo calca Gipuzkoa, mientras que es levemente inferior en Araba (51,2%). El mayor índice de mujeres se lo lleva Bizkaia (52,8%). Por procedencias, el colectivo más feminizado es latinoamericano, en el que el 60,2% son mujeres, con fuerte presencia en el sector de los cuidados, el trabajo doméstico o la hostelería. En el polo opuesto se encuentra la inmigración llegada de África a Euskadi. El 63,1% de las personas nacidas en el Magreb son hombres, un índice que se eleva algo más (64,4%) en las originarias de los países subsaharianos.

La influencia del covid

Este repunte del flujo migratorio se produce tras dos años de menor afluencia (2020 y 2021), en los que las restricciones establecidas por el covid limitaron los desplazamientos. Pese a ello, siguió llegando población extranjera a Euskadi, fundamentalmente desde Latinoamérica y el Magreb, aunque en una proporción mucho menor, recortándose ese crecimiento en más de un 75%. Así, fueron 6.060 y 6.155 los nuevos residentes foráneos registrados en la Comunidad Autónoma Vasca a principios de 2021 y 2022, respectivamente. En aquellos años, el bajón se percibió principalmente entre los ciudadanos nacidos en otros países de Europa, que en conjunto experimentaron una variación negativa, lo que hizo disminuir su presencia en términos absolutos. Se trató de una coyuntura puntual, puesto que con la vuelta a la normalidad el colectivo originario del viejo continente ha recuperado con creces el peso perdido en los tiempos de plena pandemia.

La curva, por tanto, ha vuelto a la trayectoria ascendente, la que ha sido la norma desde que en 1998, año que toma como referencia inicial el estudio de Ikuspegi para evaluar la evolución del fenómeno migratorio, Euskadi empezara a vislumbrarse como un destino atractivo para las personas de otros lugares del mundo que buscaban una tierra propicia para forjarse un futuro más halagüeño. Por entonces, hace ya 26 años, se registraban poco más de 26.000 habitantes nacidos en el extranjero, un 1,3% del total. En apenas diez años, ese volumen de inmigración se multiplicó por más de cinco (142.484 en 2008) y la tendencia se ha mantenido al alza de forma casi inalterable.

Y es que, en lo que va de siglo XXI, únicamente en dos años se ha dado una reducción del número de personas de origen extranjero. Fue en 2013 y 2014, en una fase postrera de la crisis desatada en 2008 a nivel mundial, cuyos efectos se demoraron en Euskadi, cuando estos colectivos decrecieron en 489 y 1.566 personas, respectivamente. Desde entonces, a mayor o menor ritmo, el crecimiento ha sido constante.

Otro dato destacable del estudio es que entre los años 2022 y 2023 ha aumentado tanto el porcentaje de población nacida en el extranjero (0,9 puntos más) como el de personas con nacionalidad extranjera (0,7), lo que indica que la mayoría de estos inmigrantes son recién llegados que aún no han podido acceder a la ciudadanía española.

LOS DATOS

Diez veces más. Entre 1998, referencia inicial del estudio de Ikuspegi, y 2023 la población de origen extranjero en Euskadi se ha multiplicado por diez, pasando de 26.334 personas (1,3% del total) a 274.142 (12,4%).

Rostro de mujer. El colectivo femenino es levemente mayoritario, con una media del 52,4% que en Bizkaia se eleva al 52,8%.

POR TERRITORIOS

Bizkaia el que menor porcentaje presenta

El índice de población de origen extranjero es del 11,9%. Colombia es el país que más aporta, por delante de Marruecos y Bolivia.

Gipuzkoa destacada presencia ucraniana

Marruecos lidera la distribución por países. En el puesto octavo aparece Ucrania, con casi 3.000 residentes, un factor diferencial.

Araba la mayor tasa de inmigración

Tiene un 14,6% de población foránea. Solo Colombia supera a los países del Magreb, Marruecos (2º) y Argelia (3º).

El apunte

Rumanía pierde presencia. En un contexto de aumento de las personas de origen extranjero que viven en Euskadi, Rumanía pone el contrapunto. Este país, el cuarto con mayor presencia entre la población vasca, acumula ya tres años consecutivos de disminución de residentes. Ello contribuye al descenso del peso específico de la población procedente de otros países de Europa, que ha pasado de representar un 28,1% de la inmigración en 2010 a un 17,8% en 2023. Todo lo contrario que Latinoamérica, que en el mismo período ha crecido de un 47,8% a un 53,9%.