Atención sanitaria, servicios policiales, bajas médicas, justicia, prestaciones por desempleo... la violencia contra la mujer además de costar “dolor” también tiene consecuencias económicas. Y por primera vez, el Ministerio de Igualdad ha presentado un estudio que pone sobre la mesa el impacto que las agresiones machistas y sexuales tienen en el Estado: 4.993 millones de euros, un 0,37% del PIB anual.

El informe Impacto de la violencia de género y de la violencia sexual contra las mujeres en España (II): una valoración de sus costes en 2022, promovido por la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género, estima los costes directos e indirectos que representa no atajar la violencia de género, así como estimar las ganancias que se derivarían de una reducción de los niveles de violencia.

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez, subrayó ayer en la presentación que “cuesta poner precio al dolor, pero hay que ponérselo”. Y es que sostuvo que sirve para medir el alcance y magnitud del problema. La investigación mide el valor monetario de los impactos que producen estas violencias con el objetivo “de concienciar a la sociedad del enorme alcance que tienen, las pérdidas en términos económicos que suponen y las significativas ganancias de bienestar general que se podrían obtener con su erradicación”, según apuntaron.

Así las cosas, el estudio ha concluido que la violencia que perpetran los agresores machistas sobre sus víctimas tiene un “elevado coste económico”, cuyo precio, subrayó Martínez, paga toda la sociedad.

La profesora de Economía de la Universidad de Alcalá e investigadora del estudio Elena Mañas, por su parte, hizo hincapié en que la violencia de género es un problema de salud pública, pues afecta a la salud física, mental, sexual y reproductiva de las víctimas y de su entorno, si bien sus consecuencias se extienden a la empleabilidad y oportunidades de formación de las mujeres y a los procesos policiales, judiciales y penitenciarios.

Así, han cuantificado el impacto económico que tiene tanto la violencia de género como la sexual en el Estado. Según detalló la profesora titular Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá y subdirectora del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social, María Gallo, el caso de la primera asciende a 4.085 millones de euros, un 83% del total, mientras que el de las violencias sexuales fuera del ámbito de la pareja ascendería a 848,5 millones de euros.

Además, las investigadoras han ahondado en el maltrato en el ámbito de la pareja de forma “más minuciosa y detallada”. En ella concluyen que los efectos de la violencia física, sexual, emocional y de miedo ejercida por los hombres contra sus parejas o exparejas tiene un impacto económico de 3.015 millones de euros, un 0,23 % del PIB. Asimismo, ponen el acento en que los costes de la violencia de género se soportan en mayor medida por el sector público (85%), seguido por los costes que tienen que soportar las mujeres víctimas de violencia de género (8,2%) y por los empleadores (5%).

Prevención

El objetivo del estudio es claro: “Conocer y comprender la naturaleza de estos impactos y sus costes es fundamental para comprender hasta cierto punto la magnitud de dichas violencias en términos económicos, para comprender su alcance y tomarlas en consideración al momento de establecer prioridades y asignar recursos para mejorar el bienestar de la sociedad y en tercer lugar para invertir en políticas de prevención”, aseguró Gallo.

En cuanto a la estimación de los costes intangibles de ambas formas de violencia, las investigadoras indicaron que existe una horquilla que va de los 5.000 a los 8.000 millones de euros al año. Estos, no se han agregado al valor estimado de los costes tangibles directos de dichas violencias. “Estos costes incluyen, por un lado, la estimación del dolor y sufrimiento de las mujeres y sus hogares, así como las pérdidas de ingreso debido a las muertes prematuras de las mujeres víctimas de violencia de género pero también de los agresores víctimas mortales”, concluyó Gallo.