La decisión del PSOE y Sumar de reducir los vuelos que tengan alternativa ferroviaria inferior a las dos horas y media no solo es que no vaya a afectar a Euskal Herria, sino que ha puesto sobre la mesa situaciones absurdas que dejan en evidencia lo mucho que queda por hacer en materia ferroviaria entre las capitales vascas.
Basta entrar en la web de Renfe y en la de cualquier buscador de vuelos para comprobar que volar desde el aeropuerto de Bilbao hasta el de Noain, con escala en Madrid, es más rápido que coger un tren hasta Iruñea. Una jornada normal puede haber hasta tres combinaciones aéreas que precisan de dos vuelos que en total suman entre las 3 horas y 25 minutos, y las 4 horas y 10 minutos. El trayecto en tren, que también exige realizar una escala intermedia, rara vez baja de las 4 horas y 12 minutos.
Algo similar ocurre entre Hondarribia, el aeropuerto más cercana a Donostia, e Iruñea. Por el aire y con una escala en Barajas se puede llegar a cubrir en 3 horas 30 minutos, mientras que por ferrocarril se estiman necesarias 4 horas y 5 minutos de viaje, tras hacer escala en Gasteiz.