Cruz Roja ha atendido en el primer semestre de año a 1.381 familias de Euskadi en situación de pobreza energética en los hogares, a través de un proceso que incluye asesoramiento, talleres, entregas de kits de eficiencia energética y rehabilitaciones energéticas u otras actuaciones en las viviendas.

En Euskadi, gracias al apoyo y a la financiación de Gobierno vasco, Cruz Roja ha indicado que logra cubrir, "en la medida de lo posible", las necesidades "básicas más inmediatas de aquellas familias que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad".

Para Cruz Roja, las 1.381 familias atendidas en el primer semestre de 2023 "constata que la pobreza energética no es algo coyuntural, sino estructural y que, además, va en aumento".

Para apoyar a las personas afectadas por la pobreza, Cruz Roja desarrolla diferentes acciones que van desde la atención a necesidades urgentes, las ayudas para el pago de recibos, la entrega de kits de eficiencia energética o la participación en talleres de ahorro doméstico, según ha explicado Txomin Ondarre, responsable autonómico del programa de personas en extrema vulnerabilidad.

Según ha indicado Cruz Roja, la pobreza energética impacta en mayor medida entre las mujeres, que constituyen un 71,68% de volumen total atendido en el primer semestre. Por rangos de edad, las personas entre 31 y 50 años son las que acuden en mayor medida a solicitar ayuda.

Además, se ha constatado un aumento de las solicitudes de nacionalidad española, que en el primer semestre alcanzan el 29,68% del total, siendo el colectivo con mayor demanda.

En términos generales, el proyecto de pobreza energética ofrece una prestación económica a las familias participantes a través de una ayuda de 500 euros anuales ampliables a 1.000 euros en casos excepcionales para abonar las facturas pendientes de pago de luz, gas y agua.

Estas familias, por diferentes motivos, se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad, por lo que el esfuerzo se centra en que el impago de facturas no derive en cortes de suministro, que sería una de las causas y consecuencias menos deseables para el entorno familiar.

El procedimiento para acceder a la prestación ofrecida por Cruz Roja y Gobierno vasco en materia de pobreza energética comienza con un compromiso que adquiere la persona demandante de la ayuda para seguir el itinerario de inclusión marcado por las personas técnicas.

El personal técnico y el voluntariado realizan la primera toma de contacto y la persona expresa su demanda. A partir de aquí, se deriva a una persona referente del proyecto, que será quien se encargue de citar a las familias para proceder a valorar la concesión o no de la prestación en función de su situación socioeconómica. Otra vía de acceso son las derivaciones de Servicios Sociales, de otras entidades o de otros proyectos de Cruz Roja.   

COMPROMISO CON LAS PERSONAS Y EL MEDIO AMBIENTE

Cruz Roja, además, ofrece a las familias formación en eficiencia energética mediante talleres donde aprender a ahorrar energía en el hogar, a estudiar sus facturas eléctricas, además de sensibilizarse sobre el uso responsable de la energía.

En el primer semestre de 2023 se han realizado en Euskadi 420 talleres: 128 en Araba, 90 en Gipuzkoa y 22 en Bizkaia. A esta formación se le suma el asesoramiento y la ayuda para la tramitación del bono social térmico y el eléctrico, si procede. Si las personas técnicas comprueban que los demandantes cumplen con los requisitos para ser beneficiaras de estas ayudas, se acompaña en la tramitación.

A ello se les suman los kits de microeficiencia energética, previo diagnóstico de la vivienda, como herramienta que ha tenido una repercusión importante en las facturas, con un ahorro medio de 10 euros en cada factura y una reducción de unos 11,70 KgCO2/kit al año.

Los kits están compuestos por bombillas LEDs, burletes para puertas y ventanas, regletas, perlizadores de grifos, temporizadores y reflectores para los radiadores.