El buque de salvamento Aita Mari recaló este sábado en el puerto italiano de Nápoles para desembarcar a las 69 personas que rescató en el Mediterráneo central. Tras finalizar esta misión acometerá unas "pequeñas tareas de mantenimiento para poder continuar con su trabajo de ayuda humanitaria".

La ONG Salvamento Marítimo Humanitario, propietaria de la embarcación, ha explicado en un comunicado que el barco llegó ayer a Nápoles a las 17.15 horas y que el desembarco de los supervivientes finalizó a las 19.40 horas.

El rescate de las 69 personas se inició el jueves por la noche, cuando el atunero vasco, reconvertido en barco de rescate, avistó dos botes de madera a la deriva "muy precarios", "sobrecargados de personas".

Las 69 personas que viajaban en ellos, entre las que se encontraban seis mujeres y seis menores, uno de ellos de cuatro años, fueron rescatadas y atendidas por el personal sanitario del buque, ya que "presentaban síntomas de trauma psicológico por las numerosas horas que pasaron a la deriva", según informó la ONG.

El primer puerto que Italia asignó para el desembarco de los supervivientes fue Génova, que se encontraba a unos 900 kilómetros de distancia del lugar del rescate.

Sin embargo, el Gobierno italiano atendió la "petición formal" cursada por el Aita Mari y asignó finalmente Nápoles, donde los supervivientes, la mayoría de Siria, Bangladesh y Egipto, han podido pisar suelo firme.

El barco permanecerá ahora en Nápoles para acometer unas "pequeñas tareas de mantenimiento" con el fin de seguir con su labor en la mar sin tener, a día de hoy, una previsión concreta sobre la fecha de su próxima salida.