La asociación de consumidores EKA/ACUV ha recibido dos denuncias en Euskadi de posibles estafas mediante páginas webs con la imagen de personas famosas que promueven supuestas oportunidades de inversión con grandes rendimientos.

En una nota, EKA/ACUV ha informado de que en las últimas semanas ha recibido dos denuncias por supuestas inversiones de 70.000 y 65.000 euros en fondos que, utilizando de gancho publicidad con gente famosa, se derivan a páginas aparentemente legales, pero que van a utilizarse "para sacar al inversor todo el dinero posible".

Por ello, la asociación ha alertado a la ciudadanía para que "extreme las precauciones a la hora de invertir en productos financieros o criptomonedas".

Estas oportunidades de inversión en internet en ese tipo de productos, aún en proceso de regularización, "no están libres de fraude y se ha detectado una tendencia ascendente en este tipo de estafas", ha añadido EKA.

En los dos casos denunciados en Euskadi, los estafadores se ganaron inicialmente la confianza del inversor tratando de dar imagen de profesionalidad y credibilidad para conseguir que cada vez invirtiera mayores cantidades de dinero.

Generalmente, publicitan que la gente emplee entre 200 y 350 euros. Le crean una cuenta cliente, formalizan contratos y le prestan una atención personalizada, dando la apariencia de una empresa autorizada para prestar servicios de inversión.

La presunta víctima aporta los fondos a través de transferencias bancarias tradicionales, normalmente a cuentas ubicadas en países extranjeros, o por medio de aportaciones a las plataformas de compraventa de criptomonedas.

En este último caso, se dan de alta cumpliendo los requisitos establecidos, creando un 'wallet' o monedero virtual para poder comprar criptomonedas con el dinero de curso legal depositado.

Ante la inexperiencia del "inversor" en estas operativas, los presuntos analistas/asesores, convencen a la víctima para que instale una aplicación de escritorio remoto y de esta manera, el estafador, desde su dispositivo, tiene la capacidad de controlar el terminal de la víctima para actuar como si del propio inversor se tratara.

La estafa se concreta cuando el inversor quiere recuperar su dinero y los estafadores, bajo pretextos como el pago de comisiones o la legalización de las cuentas, les exigen mayores cantidades para recuperarlo y cuando detectan que no van a sacar más dinero a la víctima, el contacto con el analista se diluye y no recibe los depósitos prometidos.