El arranque del curso escolar viene precedido por un lamentable suceso que, de alguna manera, es un espejo en el que nadie quiere mirarse. "Ha llegado a casa y lo primero que ha hecho es echarse a llorar y decir que esta vida es una mierda, que no quería vivir más". La denuncia no tardó en hacerse viral. Alzaba así la voz en las redes sociales el hermano mayor de Izan, un menor mallorquín que llevó una tarta a la escuela para celebrar su cumpleaños y fue humillado con expresiones como “gordo” y “foca”.

A la donostiarra Eider Centeno le llamaban “la de la pata de hierro”. Las humillaciones en la escuela fueron constantes desde que le pusieron un aparato en una pierna por una enfermedad en la cadera. “Nadie quería estar conmigo”, rememora. Las vejaciones no cesaron desde los seis años hasta terminar el Bachillerato. Y las pesadillas por todos aquellos episodios de maltrato infantil le han acompañado hasta bien entrada la vida adulta.

“¿Sabes cuando realmente lo superas? Cuando vas a una cena del cole, de EGB, y te sientas junto a una de las mayores instigadoras de todo aquello. Lo hice, y no sentía ira. Me sentía en paz”, confiesa esta mujer, al frente del Instituto INbuyen, que trabaja en la resolución de este tipo de conflictos.

La policía investiga si, en el caso Izan, hubo más abusos previos al vídeo vejatorio subido a Instagram.

El hermano denuncia que “lleva cuatro años en ese colegio aguantando insultos, peleas y escupitajos" mientras los profesores "hacen la vista gorda". Un incidente que refleja una realidad que ha pasado a un primer plano en los centros educativos vascos.

El acoso entre iguales es, de hecho, uno de los temas que más preocupación genera en el ámbito socio-educativo, por los graves efectos que tiene en el desarrollo personal, social y en el aprendizaje del alumnado.

“Realmente superas el trauma cuando vas a una cena del cole y te sientas junto a una de las mayores instigadoras. Lo hice, y no sentía ira. Me sentía en paz”

Eider Centeno - Donostiarra acosada en su etapa escolar

Muestra de esa inquietud son las diferentes medidas que se han ido adoptando en los centros contra el acoso escolar, como el programa Kiva, importado de Finlandia e implantado ya en el 90% de las ikastolas, y la iniciativa Bizikazi, con la que el Gobierno vasco quiere blindar los centros de violencia.

Se trata de un fenómeno del que la escuela no puede abstraerse, afectada por los problemas sociales existentes en su entorno. De hecho, el pasado curso el departamento de Educación detectó 129 casos de acoso escolar. Son cifras que suponen un importante incremento respecto a los incidentes detectados el curso anterior, cuando afloraron un centenar de casos.

Evolución de casos identificados como acoso escolar en centros escolares de Euskadi N.G.

EL MISMO PATRÓN

Todos ellos responden a un mismo patrón: un acoso repetido y mantenido en el tiempo, lejos de la mirada de adultos y con la intención de humillar y someter abusivamente a la víctima indefensa. Es decir, existe un desequilibrio de poder e indefensión de quien soporta esa situación, y una intencionalidad de causar daño al otro, mantenida en el tiempo.

El Departamento de Educación señala, no obstante, que el incremento de casos se explica porque el radar de detección es cada vez más amplio. El pasado curso se estudiaron casi un millar de casos sospechosos, frente a los 795 del anterior, muy por encima de las 32 situaciones de riesgo detectadas hace 12 años.

Una realidad a tener muy en cuenta, además, después de dos años de pandemia que han hecho mella a edades tempranas. Según los últimos datos sobre salud mental infanto-juvenil recogidos por el Observatorio de la Infancia y la Adolescencia del Gobierno Vasco, un total de 15.863 niños y niñas menores de 18 años fueron atendidos en 2021 en la Red de Servicios de Salud mental de la Comunidad Autónoma Vasca, el 25,5% -3.117 niños y niñas- en Gipuzkoa.

El debate público en torno a ello y, en concreto, al acoso escolar, tiene una lectura positiva para Centeno, que opina sobre lo que, a su entender, ha supuesto el caso Izan. “El chaval se habría quedado en casa, pero tras hacerse público todo lo ocurrido se ha sentido reforzado”, sostiene la experta.

El vídeo tuvo un amplísimo eco en internet y en las redes sociales y logró la solidaridad de decenas de personajes conocidos que le mostraron su apoyo, como es el caso de Ibai Llanos, la cantante Aitana o el futbolista Antoine Griezmann. “Es positivo que se visualice porque lo habitual es que no se conozcan esos casos. Los centros educativos hacen lo que pueden, pero no disponen de los medios suficientes y tienden a tapar, a esconder estas situaciones para que no se cuestione el prestigio del centro”, sostiene la donostiarra.

ABUSO A TRAVÉS DE REDES

Los datos del departamento de Educación revelan que la mayor parte de los episodios de acoso se producen en Educación Secundaria. 78 de los 129 casos que afloraron el curso pasado se detectaron en esa etapa educativa, lo que supone el 60, 5% del total.

Hay otro dato a tener en cuenta que demuestra que el acoso se va adaptando a los cambios de la sociedad. El 37,7 % de los casos el abuso se ha cometido a través de redes sociales, en internet u otro medio cibernético. A este respecto, la fundadora del Instituto INbuyen refleja que “cada menor es un mundo, y en función de su manera de ser, un insulto puede llegar a ser peor para él o ella que una paliza física”, expone.

Así lo sentía ella con aquella abrazadera de hierro que llevaba en la pierna, como el personaje de la película Forrest Gump. “Luego dejas la etapa del cole y te sientes un tanto colgada, como que no encajas. Las pesadillas, de cuyo trasfondo no era del todo consciente, me acompañaron hasta los 40 años, hasta que cogí el toro por los cuernos y lo superé”.

Acostumbra a decir a aquellas personas hoy adultas que fueron escolares acosadas en su día que para pasar página es necesario mirar cara a cara a ese “trauma”. “Eres una niña que de alguna manera estás en manos del sistema cuando sufres todo ello”, dice, convencida de que con el tiempo y un esfuerzo personal se puede superar.