Un dispositivo de Mossos d'Esquadra, Guardia Civil y la Unidad de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria permitió detener el pasado 2 de agosto a una pareja en Sant Adrià de Besòs (Barcelona) por enviar droga principalmente al norte de Europa escondida en cajas de juguetes.

La investigación comenzó el pasado mes de mayo, cuando una empresa de paquetería se puso en contacto con los Mossos para informarles de que habían gestionado envíos asociados a un remitente determinado que podían contener algún tipo de sustancia estupefaciente, según ha explicado la policía autonómica.

Una vez la policía catalana ubicó a las personas investigadas, descubrió que la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera también iban tras la pista, por lo que se puso en marcha un equipo conjunto de investigación formado por los tres órganos.

Los investigadores, con el objetivo de comprobar la actividad delictiva, hicieron varias intervenciones de paquetes y descubrieron que el hachís y la marihuana se ocultaban en cajas de juguete infantil.

Los acusados acumulaban hachís y marihuana en su domicilio y, una vez disponían de existencias suficientes, gestionaban los pedidos a través de aplicaciones móviles encriptadas de mensajería.

Comparaban juguetes

Cuando cerraban un envío de droga, iban a centros comerciales o a tiendas próximas en su domicilio, donde comparaban juguetes de las mismas características, básicamente con las cajas siempre cerradas, sin ninguna parte visible del interior.

La pareja envasaba las drogas al vacío y la ocultaban en el interior de las cajas de juguetes, las cuales, al mismo tiempo, se colocaban en cajas de envíos, en donde añadían la etiqueta de destino de los paquetes.

El pasado 2 de agosto se produjo el registro que acabó con la detención de las dos personas, donde se decomisaron 46,5 kilos de hachís, 5,3 de marihuana, un arma de fuego corta con munición, varias armas de airsoft modificadas y 37.730 euros en efectivo.

Además, también se intervinieron varias bolsas de comida cocinada con cannabinoides, dos básculas de precisión, una máquina para envasar al vacío, documentación contable del negocio ilícito y varias cajas de juguetes similares a las usadas para realizar los envíos anteriores.

La pareja, acusada de un delito contra la salud pública en versión de tráfico de drogas con agravante de notoria importancia y por tenencia ilícita de armas, quedó en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial el pasado 4 de agosto.