Ahora que ya se puede hacer un diagnóstico... ¿Cómo está la Atención primaria?—Cansada. Ya estaba cansada de antes porque el problema es que ha estado muy tensionado durante muchos años, con unos recursos muy limitados. La pandemia lo que ha hecho es sacar a la luz todos estos problemas que ya había de una forma brusca.

¿A qué se refiere?

—El problema que tenemos no es de ahora, no es un problema puntual. Es un problema estructural que viene de hace tiempo que se ha visibilizado y agravado. Por eso, la Atención primaria está en pie de guerra para reivindicar verdaderos hechos. No queremos palabras ni escritos ni protocolos, queremos hechos reales: presupuestos, dinero real, recursos...

Pasar de las palabras a los hechos.

—Sí, sabemos que es complicado, no podemos sacar médicos y enfermeras de donde no hay, pero podemos decir que hay funciones que se pueden reorganizar para que la carga no caiga siempre en los médicos. Hay mucha carga burocrática que pueden cubrir otras personas. Es momento de pensar en una reorganización tareas y de funciones.

¿Se han visibilizado las carencias?

—Sí, llevamos años reivindicando que la atención primaria está en crisis y que no se está pensando en un relevo generacional, porque se esta notando que somos gente que llevamos 30-40 años trabajando. Estamos en edades de jubilación o prejubilación y no hay un recambio. Muchos profesionales han optado por prejubilarse porque no pueden más con la carga que tienen. Son problemas viejos a los que les hemos dando soluciones viejas y lo que pretendemos es darles soluciones nuevas e innovadoras.

Sigue siendo la especialidad que menos eligen los estudiantes.

—Siempre se ha vendido como la hermana fea de la familia. Si vendes que no tienen recursos... Nosotros no tenemos tiempo para nada más que atender a nuestros pacientes, tenemos cupos grandes, mucha demanda. La población envejece y eso quiere decir que necesita más recursos o atenciones, y la puerta o la base de todo el sistema sanitario es la atención primaria, todos tienen que pasar por ahí. Hay pacientes que nunca irán a un traumatólogo o cardiólogo, pero es muy raro que no pasen nunca por la atención primaria.

Y de cara a la sociedad, ¿qué consecuencias puede tener el colapso que ha habido en los centros sanitarios? Pacientes crónicos, enfermedades sin diagnosticar...

—Creo que no va a tener demasiadas repercusiones, porque a pesar de lo que se pueda pensar seguimos atendiendo a los pacientes crónicos. Nuestra labor es fundamental para pacientes y para que todo el sistema sanitario funcione.

Lo que decimos todo el día y que tal vez alguien escuche, es que si el sistema sanitario funciona es porque la primaria funciona. Si está mal al final el sistema hospitalario colapsará. Está muy bien que Cruces tenga los mejores aparatos de última generación para detectar patologías, pero si no pasa por la primaria posiblemente ese aparato no sirva para nada porque cuando llega la hora del diagnóstico es tan tardío que ya no sirve para nada.

Tras acaparar todos los focos durante la crisis sanitaria, ¿ha servido para ver la importancia de la atención primaria, y comenzar a reforzarla?

—Están muy bien las palabras , y en la pandemia se han puesto parches, pero eso no es suficiente. Necesitamos una reestructuración de fondo. No es normal que un médico de cabecera tenga que dar un volante para una ambulancia, para que un paciente sea trasladado. Estamos agotados pero con ilusión, y lo que queremos son mejoras para seguir trabajando por la población y la sanidad pública.

“En atención primaria no queremos palabras ni protocolos; queremos hechos reales: presupuestos, recursos... ”

“Creo que estos dos años de pandemia no va a tener demasiadas repercusiones; hemos seguido atendiendo a los pacientes”