Los cuerpos de policía cuentan con además de agentes de dos piernas, con agentes de cuatro patas. Ertzaintza, Policía Local, Policía Nacional, Guardia Civil e incluso el ejército cuentan con héroes de cuatro patas que dedican toda su vida a proteger a los ciudadanos. Desde cachorros son entrenados para salvar vidas, pero, una vez llega el momento de su jubilación, ¿qué pasa con las suyas? Tras haberse dejado la piel en cada actuación, una vez han prestado servicio y su vida laboral ha terminado, llega el momento de encontrar una familia con la que puedan disfrutar de su merecido retiro y descanso. Para conseguir que estos héroes pasen sus años como jubilados en las mejores condiciones, la asociación Héroes de cuatro patas gestiona sus adopciones.

Rosa Chamorro, presidenta de la asociación, cuenta que ya ha cumplido siete años ayudando en estas merecidas jubilaciones y lamenta que aún no haya regulación al respecto.

"Casi el 90% de estos perros se los queda el propio guía, el tema es que en el Estado trabajan con más de un perro, y entonces, atendiendo a las dificultades de cada uno hay quien se los puede quedar y quien no. Quedaba como en un vacío y por ello decidimos colaborar, para facilitarle a estos perros encontrar una familia y sobre todo hacerles un seguimiento de por vida. No solo encontrarles familia, sino saber y estar pendientes de que va a estar bien", explica.

En el caso de Héroes de cuatro patas, las adopciones se realizan atendiendo a las necesidades de los perros. "Es el perro el que elige a la familia, en función de sus características y las necesidades que tenga buscamos la familia para él, no al revés", indica la presidenta de la asociación.

Trabajan a nivel nacional con prácticamente todos los cuerpos de seguridad, teniendo un contacto "muy directo" con ellos para que las adopciones salgan bien. Osiris, un pastor belga malinois, fue una de esas adopciones que gestionó la asociación de Chamorro. Pertenecía al Ejército del Aire y ahora vive en Karrantza junto a la familia de Roberto Gil. No es la primera experiencia de este vasco con Héroes de cuatro patas, ya que anteriormente ya adoptó a Homer, un pastor alemán que había estado en Haití buscando a desaparecidos por el terremoto de 2010.

Roberto cuenta que adoptar a estos héroes es "de las mejores cosas" que ha hecho "en la vida". "Cuando te cuentan dónde han estado estos perros, cuántas vidas han salvado, ya te emocionas", explica conmovido.

Roberto siempre ha convivido con perros, pero asegura que estos "son diferentes". "Yo quiero a todos los perros igual, sin embargo, estos son especialmente obedientes, vienen detrás todo el día; desde que te levantas de la cama hasta que te acuestas están pegado a tu rodilla", relata. "Vivir con perros con tanta vida detrás es algo que se disfruta mucho, se lo recomiendo a todo aquel al que le gusten los animales", afirma.

Además de los cuerpos de seguridad, los servicios de emergencias también cuentan con perros que trabajan para encontrar personas, ya sea vivas o recién fallecidas, en diversas situaciones. El Grupo del Perro de Salvamento de Euskadi (G.P.S.E) es quien, cuando desde SOS-Deiak solicitan ayuda en un rescate, ya sea en una montaña, un paseo interurbano o bajo escombros.

Llevan desde 1983 prestando servicio en toda la CAV. SOS-Deiak lanza un mensaje al móvil cuando reciben una alerta y este grupo se organiza para salir con sus perros a realizar las labores de salvamento que sean necesarias. Cuentan con un Sistema Operativo que funciona las 24 horas del día durante todos los días del año formado por civiles que prestan junto a sus perros ayuda de forma altruista y desinteresada. Trabajan, en muchas ocasiones, junto a la Unidad Canina de la Ertzaintza, constituida en 1989 y que cuenta con 35 agentes distribuidos en 5 especialidades de trabajo, de los cuales, 4 son guías caninos y uno instructor.

En el caso de este grupo de perros de salvamento, los canes acuden a los lugares donde tienen que desempeñar las labores de búsqueda junto a sus dueños, que son quienes se encargan de entrenarlos. "Todos los que pertenecemos al grupo tenemos perros de nuestra propiedad. A diferencia de la policía, nosotros contamos con nuestro propio perro, son nuestras mascotas", cuenta Ekaitz Moreno, que lleva cerca de cinco años participando en labores de búsqueda por todo Euskadi. En el caso de estos perros, cuando llega su jubilación, siguen en la misma familia en la que han estado siempre. "Una vez ya no pueden seguir ejerciendo en el servicio de salvamento se quedan con nosotros, siempre pasan su jubilación junto a nosotros", cuenta Moreno. "Los entrenamos desde cachorros mediante juego, les vamos adiestrando muy sutilmente desde cachorros con juegos, y poco a poco vamos avanzando en exigencia", explica.

RELEVO GENERACIONAL

Una vez la vida laboral del perro llega a su fin, en el Grupo del Perro de Salvamento de Euskadi llevan a cabo el relevo con otro perro, y por eso, "casi siempre hay cachorros entrenando". "Ahora mismo hay varios cachorros, porque al perro operativo que ya tiene siete años y le queda poco para jubilarse y hay que hacerle el relevo. Cuando tenemos perros mayores entrenamos con otros perros, para poder hacer ese relevo", cuenta Moreno. Según explica, la vida operativa de los perros ronda los 8-9 años, aunque "depende todo mucho de la salud del perro", por lo que es a los siete años y medio cuando se empieza a preparar ese relevo generacional.

Entre las razas con las que cuentan, explica Moreno que son principalmente el pastor belga Malinois. "Estos perros son unos atletas, tienen muy buenas condiciones físicas, están siempre dispuestos para el trabajo y son portentos físicos. Muy ágiles, muy rápidos y tenaces. Nos ayudan, nos facilitan mucho la labor".

Al igual que en los cuerpos de seguridad, en lo equipos de salvamento también hay perros que no son aptos para las labores de búsqueda, por lo que se descartan. Sin embargo, en el caso de el grupo de Moreno, los cachorros que finalmente no pueden desempeñar las labores de búsqueda se quedan como mascotas. "Si puede darse el caso de que no valgan para el salvamento y en este caso es un problema para nosotros porque nosotros no hacemos como las policías que descartan y cogen otro, los nuestros se convierten en mascotas y supone que tenemos otro perro más pero que no puede trabajar", concluye.