La subida de la temperatura y del nivel del mar, el descenso de las lluvias o fenómenos meteorológicos adversos son solo algunos de los efectos a los que ya se enfrenta Euskadi. La acción climática es tendencia mundial y la ciudadanía vasca lo sabe. Y así lo ha asumido, tal y como confirman los últimos estudios sociológicos. De hecho, la ambición ecológica no ha parado de crecer entre la población vasca a lo largo de los años.

El dato más relevante de esta concienciación está vinculado con los hábitos de consumo; en concreto con los malos o al menos, los perjudiciales para los intereses de la Tierra y la supervivencia de las comunidades que lo ocupan. No en vano, la ciudadanía vasca lo ha metido en el podium de los principales causantes de problemas ambientales.

En 2008, únicamente el 7% de las personas se acordaban de la forma tan imprudente de alimentarse o de vestirse, por ejemplo, como causa de la destrucción del planeta; hoy en día, sin embargo, el 23% lo menciona en primer lugar, antes incluso que el transporte o la industria, según se desprende la encuesta elaborada por el Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco. El salto es evidente, pero más allá de esos porcentajes es posible adivinar un cambio de dirección hacia consumidores responsables y concienciados.

Otros documentos estadísticos apuntalan esa transición ecológica de las familias vascas, que obtienen 6,7 puntos sobre 10 en su grado de sensibilización y hábitos con impacto medioambiental. Esta puntuación, obtenida en el Indicador de Medio Ambiente, supone también un ligero avance respecto a los resultados de hace cinco años (+0,1), según datos elaborados por el Eustat-Instituto Vasco de Estadística. El Indicador de Tratamiento de residuos habituales (9,1) es el que mejores resultados obtiene y también el que presenta mejor comportamiento respecto a 2015 (+0,2).

Le siguen los indicadores de Tratamiento de residuos ocasionales (7,9), Ahorro de energía (6,9) y Actitud medioambiental (6,4), todos ellos con una evolución positiva (entre 0,1 y 0,2 puntos sobre 10). Cierra ese grupo el indicador sobre el Ahorro de agua (6,4) que mantiene la puntuación de hace cinco años.

Los peores resultados se obtienen en los indicadores de Transporte y movilidad que, pese a su evolución negativa (-0,1), mantiene el aprobado (5,3), y de Pautas de consumo, que se mantiene en el suspenso (4,4 puntos sobre 10), aunque suma una décima respecto a 2015. Eso sí, más de la mitad de las personas estaría dispuesta a cambiar algunos hábitos para ser más respetuosa con el medio ambiente, “aunque le suponga un gran esfuerzo”, reconocieron.

‘Recuperación verde’

En definitiva, asumir como propio el desafío global de la crisis climática. Y hacerlo con una pandemia de por medio reviste aún más importancia, aportaban desde el Gobierno vasco. De hecho, una de las líneas estratégicas de actuación del equipo de Iñigo Urkullu tiene que ver con una recuperación verde promoviendo comportamientos ciudadanos sostenibles en materia de movilidad, ocio y consumo “como vía de salida a la grave crisis provocada por el covid-19”.

La bicicleta y el transporte público, la fabricación de productos con mayor durabilidad, la reutilización de prendas textiles, la correcta separación de los residuos, la reducción de plástico, la eliminación de envases de un solo uso, o el acercamiento a los espacios naturales para disfrutarlos y preservarlos son algunas de las pautas de comportamiento imprescindibles que ha defendido con insistencia, entre otras personas, Elena Moreno, viceconsejera de Medio Ambiente.

Y el mensaje parece haber calado entre la ciudadanía vasca: el 88% cree que la protección del medio ambiente es un problema “inmediato y urgente”. Y esta preocupación, además, ha ido en aumento en los últimos años. Los consumidores, de algún modo, se han empoderado y han tomado conciencia de su papel relevante como palanca del cambio hacia comunidades y sociedades más sostenibles.

Según datos recogidos en ese estudio del Gabinete de Prospección Sociológica del Ejecutivo vasco, el 80% de la población está de acuerdo en que la protección del medio ambiente es Muy importante para tener una buena calidad de vida y un 19% habla de Bastante importante. Desde el año 2013 ha ido en aumento la importancia que la población concede a este tema.

Además, el 81% dice estar muy o bastante de acuerdo con que la protección del medio ambiente puede potenciar el crecimiento económico en Euskadi. “Un revulsivo”, como han manifestado en alguna ocasión desde el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente y que, en buena medida, pasaría por las energías renovables y la electrificación del transporte.

Contaminación, basuras,...

Tanto es así que las personas encuestadas han identificado principalmente la contaminación de los coches y otros medios de transporte como el problema medioambiental más importante de su municipio. En concreto, lo mencionaba un 20%, seguida de la contaminación generada por la industria (10%), la contaminación del aire (10%), los problemas relacionados con la recogida y el tratamiento de las basuras (8%) y el exceso de basuras (6%).

Estos mismos problemas son mencionados también como los principales para el conjunto de la geografía vasca. Preguntada sobre el principal agente que causa problemas medio ambientales en Euskadi, un 72% de la población menciona la industria en primer o segundo lugar, un 53% los medios de transporte y un 45% los hábitos de consumo. Y se constata que el medio ambiente influye en las decisiones de consumo: un 63% de la población dice comprar habitualmente productos locales, un 47% productos poco envasados y un 23% productos ecológicos. Estos porcentajes también han aumentado ligeramente con respecto a 2017.