Con Euskadi abordando la mayor campaña de vacunación de toda su historia ya que prevé inocular más de medio millón de inyectables contra la gripe, 300.000 dosis de refuerzo a mayores de 70 años y otras cien mil a los vascos que recibieron Janssen, las jeringuillas amenazan con escasear.

La OMS asegura que puede haber desabastecimiento ante la inesperada demanda que ha supuesto la campaña mundial de inmunización contra el covid-19, lo que podría retrasar los programas de vacunación. Hasta ahora, las dosis aplicadas superan los 6.800 millones, el doble de todas las vacunas que se inoculaban cada año a nivel mundial. Eso implica que se requieran el triple de jeringas que antes.

"Desgraciadamente, la posibilidad de que haya carencia de jeringas es real", afirmó la experta de la OMS en acceso a medicinas y productos sanitarios Lisa Hedman. Un aspecto que preocupa especialmente es la posibilidad de que se reanuden prácticas peligrosas como reutilizar jeringas y agujas, una situación de riesgo que se ha registrado cada vez que estos productos han faltado.

DÉFICIT DE 1.000 A 2.000 MILLONES

La capacidad de producción anual de jeringas es de 6.000 millones de unidades, lo que hace estimar a la OMS que el déficit podría ser de 1.000 a 2.000 millones de jeringas en 2022, si no se hace algo al respecto.

Para los expertos, la solución podría pasar por derivar la capacidad de producción de un tipo de jeringas a otras para así tener un mayor suministro de las que se dedican a las vacunas, aunque sin descuidar las que se necesitan para tratar enfermedades.

Un total de 16.000 millones de jeringas se utilizaban anualmente en todo el mundo (entre las destinadas a vacunas y a tratamientos médicos), pero el covid ha empujado esa demanda hasta los 22.000 millones.

Las restricciones de comercio que han afectado a otros productos utilizados en la lucha contra la pandemia, más los problemas de transporte de carga que se han visto recientemente, hacen temer que las exportaciones de jeringas disminuyan.