Da igual si es en una, en dos o en siete de las calles que forman el Casco Viejo de Bilbao los vecinos y los turistas se funden entre ellas buscando un poco de ocio. Donde no van es a las farmacias, que están casi vacías, y los clientes que acuden a ellas tan solo piden algún que otro medicamento. La sociedad regresa a la normalidad paulatinamente y, a su vez, la venta de tests de antígenos desciende, eso cree la farmacéutica Irene Trancón de la farmacia situada en Artekale, pues ha expresado que hay una tendencia a la baja de tests de antígenos “porque la quinta ola va cesando y, por tanto, hay menos demanda”.

En la semana del 2 al 8 de agosto -tercera semana desde que se aprobó la venta de tests sin receta- las farmacias del Estado, según la consultora IQVIA, vendieron 747.184 tests de antígenos, tras la venta de más de un millón de estos en la última semana de julio. Las farmacias vascas en esta misma semana consiguieron vender 26.895 tests, siendo así Euskadi la octava Comunidad Autónoma con más ventas.

MÁS VENTAS EN JULIO

Sin embargo, a la farmacia de Ana Gutiérrez en la calle Tendería ya no acude mucha gente en busca de tests de antígenos, y las que los compran son personas de mediana edad o jóvenes porque tienen sospechas de malestar. Lo mismo le ocurre a Eva Cruz, farmacéutica en la farmacia de la calle Buenos Aires, que no ha conseguido vender tantos tests esta semana en comparación a los 350 tests que consiguió vender el mes de julio.

Pese a la demostración de una tendencia a la baja, algunas farmacias como la de Trancón no han experimentado un descenso en la venta de tests de antígenos, ya que su local se sitúa en el meollo de Bilbao y “acuden muchos turistas y gente de paso”. La farmacéutica asegura que ellas al tener mucha afluencia están manteniendo la demanda:“Tenemos una demanda alta porque, por lo que vemos, los rastreadores tienen algo de retraso y hay personas que han estado en contacto con algún positivo, no les acaban de llamar, se ponen nerviosas y quieren saber lo antes posible si han dado positivo o no”.

Aunque ahora la venta de tests se haya estabilizado en su farmacia, al principio a Irene Trancón le compraban tanto que todo derivó, según ella, en un caos. Y los compraban, añade, “cuando los vecinos tenían contacto con algún positivo y cuando planeaban visitar a algún familiar mayor. Nuestra idea era que estos tests estuvieran orientados a los eventos sociales para que la gente estuviese tranquila, nunca pensamos que fuéramos a vender muchos porque los rastreadores están siendo lentos”.

A Nahia Ruiz de la farmacia situada en la Calle Correo le ocurre algo parecido. En su caso los bilbainos se los piden porque “muchos se van de vacaciones y estarán con no convivientes”. La demanda tampoco ha experimentado un descenso en su caso, pues hubo un momento en el que estuvieron “justas de tests”, pero los demás días han tenido de sobra para vender: “Al comienzo del verano realizamos un pedido y hemos tenido que volver a realizar otro”.

Ella cree importante la compra de estos porque “aunque te vacunes, como no quedas exento de contraer el covid-19 sí que hacen falta, sobre todo para la seguridad de la gente y su tranquilidad. Al final es una prueba segura y ante la mínima duda por haber estado en contacto con alguien y ante el hecho de creer que los síntomas que tienes son los del covid-19 son necesarios”.