Es su momento para adentrarse en el continente europeo y no lo van a dejar pasar. No pueden hacerlo después de la peligrosa y extenuante odisea, de años en algunos casos, emprendida para abandonar África en busca de oportunidades. Euskadi es tierra de paso en ese tránsito hacia Francia, Bélgica, Alemania, los países nórdicos... Y son miles las personas que cada verano saltan a Europa -o intentan hacerlo- obligadas por las circunstancias de sus países: guerras, hambrunas, persecución, etc.Por ese motivo, instituciones y organizaciones sociales vascas están ultimando el protocolo extraordinario que durante estos próximos meses prestará atención y servicio a esas personas migrantes en tránsito que a buen seguro -y a pesar de la pandemia- recalarán en tierras vascas para tomar aire, contactar con familiares y, en la mayoría de los casos, seguir su periplo. En los próximos días, a las puertas ya del verano, está previsto que se presente públicamente este plan especial coordinado de acción y respuesta.

En el mismo se establecen varios escenarios posibles de actuación, ajustados cada uno a las obligaciones sanitarias obligadas por la pandemia del covid-19 y a las necesidades y al nivel de ocupación de las instalaciones existentes. Y es que, a falta de corredores humanitarios -como ha propuesto en más de una ocasión el Gobierno vasco- que facilitarían ese peregrinaje de miles de kilómetros por dos continentes y a través de varios países casi siempre, buenos son los recursos que activan las administraciones y entidades vascas reunidas -bajo la batuta del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales- en la Mesa de coordinación para la acogida urgente de migrantes en tránsito. Solo durante mes y medio (de marzo a mediados de abril), los dispositivos activados por el Gobierno vasco en Irun y Hondarribia atendieron a 1.074 personas.

Esta vez, con el verano tocando a las puertas y con una presión migratoria que desde hace meses está desbordando los servicios de atención en la costa sur española y en Canarias principalmente, lo normal es pensar que parte de esa oleada también se dejará sentir en la geografía vasca por ser puerta de entrada al continente. De hecho, lo ocurrido este pasado mes de marzo -cuando un centenar de personas se presentaron de golpe en el albergue de Irun buscando alojamiento cuando lo habitual es atender a entre 40 y 50 personas- se cree que pudiera ser el anticipo de lo que está por venir.

El ensayo de marzo

Por todo ello, el citado protocolo extraordinario para este verano contempla distintas respuestas en función de la afluencia de personas que, en lógica, se espera por las instituciones (Gobierno vasco, diputaciones, ayuntamientos de las capitales y de Irun y Hondarribia, y delegación del Gobierno español) y organizaciones humanitarias y sociales como CEAR-Euskadi, Cruz Roja, por ejemplo. Todos ellos forman parte de esa Mesa de coordinación para la acogida urgente de migrantes en tránsito.

En el escenario más exigente es posible movilizar alrededor de 500 plazas; y pueden ser más en caso de extrema urgencia. El recurso fijo de Hilanderas, el albergue de peregrinos de Irun y el albergue Elkano de Hondarribia suman ya más de un centenar de plazas. Y llegado el momento sería posible activar el frontón de Hondarribia, el Instituto Pío Baroja, el centro Zuloaga Txiki en Tolosa y otras 150 plazas en Bilbao. Y otro medio centenar en el Instituto Bidebieta en Donostia en caso de extrema urgencia,...

El último flujo migratorio de consideración vivido en marzo en Euskadi ha sido la excusa perfecta para reforzar la atención a las decenas de personas migrantes en tránsito. A raíz de aquello, el Ayuntamiento de Hondarribia quedó integrado en esa Mesa de coordinación que, al mismo tiempo, asumía el compromiso de confeccionar este plan específico y adaptado a las necesidades de la época estival, “un periodo más proclive a favorecer el tránsito de personas”, declaraba Beatriz Artolazabal, responsable del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, a finales del mes de abril.

1.074

El pasado 6 de marzo se activó el plan de contingencia activado por el Gobierno vasco cuando un centenar de personas migrantes en tránsito llegó al puesto de Hilanderas (Irun) con capacidad para 60 personas. El refugio de peregrinos de Irun y el albergue de Hondarribia se incorporaron al dispositivo de atención. Este protocolo fue desactivado el 21 de abril; y desde el 1 de marzo fueron atendidas 1.074 personas migrantes en tránsito: 773 en marzo y 301 hasta ese día.

Año y personas en Hilanderas