hace un año la localidad de Codogno, situada al sur de Milánse convirtió en zona cero primer caso positivo autóctono de coronavirus 2.800.000 casos totales de contagio y más de 95.000 fallecidos.

El municipio de Codogno inauguró un memorial de acero con el que honra a los muertos y sus familiares, pero también a la “comunidad resiliente”, sin olvidar a los sanitarios, tan necesarios en todo este tiempo.

El aniversario no podía celebrarse en otro sitio que no fuera esta pequeña localidad de unos 15.000 habitantes que hace un año se convirtió en el primer foco del coronavirus en Europa. “Hace un año a estas horas estábamos intentando entender la situación que había caído sobre nosotros”, dijo el alcalde de Codogno, Francesco Passerini. Todo comenzó cuando el hospital de Codogno comprobó que Mattia Maestri, un hombre sano y deportista de 38 años, era positivo en coronavirus. La doctora Annalisa Malara, de 39 años, había decidido realizarle una prueba anticovid al encontrar una extraña neumonía que se extendía con rapidez y conocer que días antes había cenado con un amigo que había estado en China.

Se saltó todos los protocolos, pues hasta entonces Italia solo hacía pruebas a quienes habían vuelto de China, y decidió practicarle una que convirtió a Maestri en el paciente 1, el primer caso autóctono de alguien positivo en coronavirus y que no había pisado el gigante asiático. Después se comprobaría que aquel amigo había vuelto de China hacía tiempo, que era negativo por covid-19, también que el virus ya circulaba anteriormente en el continente y que muchos diagnósticos de neumonías comunes realizados en los meses anteriores no eran correctos. Pero entonces no se sabía.

Los hechos se precipitaron: al día siguiente, el 21 de febrero, se comunicó la primera muerte por coronavirus: Adriano Trevistan, un italiano de 78 años, contagiado en la región de Véneto (noreste). El 22 de febrero, el Gobierno italiano ordenó la cuarentena en once municipios de Lombardía y Véneto y unas 60.000 personas quedaron aisladas, con la intención de frenar la propagación del virus. Pero ya era tarde, el covid-19 ya estaba extendida y el 9 de marzo Italia decretó su confinamiento, un encierro que aisló a 16 millones de personas y paralizó sus vidas durante dos meses, lo cual supuso un mazazo para la economía y provocó una crisis de la que Italia, igual que el resto de Europa, tiene ahora que salir.

Un año después, Italia está inmersa en la campaña de vacunación. Se han administrado 3.456.292 vacunas y 1.328.162 personas ya están inmunizadas. Los expertos advierten de que el plan de vacunación debe ir más rápido, y las autoridades achacan el retraso a los recortes de suministros anunciados por las farmacéuticas.