El polémico auto del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) que ha permitido la reapertura de la hostelería de los municipios en zona roja ha abierto la puerta a las reclamaciones de otros colectivos deseosos de retomar su actividad, como los clubes deportivos y deporte escolar.

El último en alzar su voz ha sido el sector de los salones de juego, que en Euskadi engloba 210 locales y emplea a 2.000 profesionales y que, al contrario que bares y restaurantes, tienen que permanecer cerrados en aquellos municipios con una tasa de incidencia acumulada los últimos 14 días superior a los 500 contagios por cada 100.000 habitantes.

Tras la reapertura cautelar que levanta el veto a la actividad hostelera, algunos salones de juego, por su cuenta y riesgo, han levantado la persiana esta mañana pero a lo largo del día la Ertzaintza ha instado a su clausura. Así lo ha denunciado la Coordinadora de Trabajadores del Juego de Euskadi (Ejolako) que la lamentado que se cierren "sin motivo" los salones tras la medida cautelar adoptada por Superior. La Ertzaintza, por su parte, no tiene contancia de denuncia alguna.

DECISIÓN "ARBITRARIA"

En opinión de la asociación, el Gobierno vasco ha tomado la decisión "arbitraria" de cerrar los 210 salones de juego que habían reabierto este miércoles ya dado que las condiciones de seguridad y salud son "las mismas" que un establecimiento hostelero. En este sentido, el portavoz de Ejolako, Txarli Ayala, ha manifestado su "perplejidad" ante el cierre de los salones, aunque no ha anunciado recurso alguno contra la medida.

Para Ayala es "evidente" que las condiciones de salubridad de los salones "con control de acceso y de aforo, es de seguridad total" y entiende que la medida cautelar del TSJPV les implica, dado que estos locales reúnen las "mismas condiciones de cualquier otro establecimiento". Y siguiendo la estela de la hostelería, Ejolako pide al Ejecutivo de Iñigo Urkullu a que no "criminalice" a los salones de juego y reconozca el "esfuerzo en la gestión del juego responsable y del control de la pandemia". También ha lamentado que el cierre se haya producido "con arbitrariedad y sin ninguna comunicación" con ellos.