l caso de Mario Aznar demuestra que lo que se conoce a día de hoy de la covid-19 todavía no es suficiente para tratarle de tú a tú al virus. Mario se ha infectado de SARS-COV-2 dos veces en mes y medio.

Pese a que desde Salud Pública sostienen que no hay evidencias de que haya sido una reinfección, la realidad de Mario es que en este tiempo se ha realizado tres PCR cuyos resultados han sido positivo, negativo y positivo, respectivamente. El problema de este pamplonés de 37 años es que no genera anticuerpos contra la covid-19, por lo que una vez pasada la enfermedad carece de defensas para frenar otra futura infección. Esto es, al menos, lo que los médicos le dijeron tras realizarle la prueba ELISA, y no han sabido darle una explicación a por qué no genera defensas contra el virus.

Pero la experiencia de Mario con el coronavirus no se queda ahí. El motivo de que Mario se realizase la prueba PCR fue que iba a ser intervenido de una hernia inguinal y, tal y como marca el protocolo, para pasar por quirófano hay que dar negativo en la prueba. "A principios de septiembre me hicieron la primera prueba, dos días antes de la operación, y salió positiva. Me aplazaron la intervención al 21 de octubre y a finales de septiembre me hice la segunda PCR, que salió negativa", relata Mario, que prosigue que "otra vez dos días antes de la operación me hicieron la PCR y salió positiva. Yo no me lo creía". La historia se repetía: posponer la operación, que aunque no es urgente, lleva con ella pendiente desde febrero y aislarse hasta pasar la enfermedad.

Fuertes síntomas y secuelas

Ya en marzo Mario tuvo una neumonía, "la primera de mi vida", comenta, y tuvo síntomas compatibles con el virus (tos, fiebre, dolor de cabeza, etc) pero no sabe si fue coronavirus porque no le hicieron la PCR, en un momento crítico de la pandemia en el que las pruebas escaseaban. Llevaba de baja desde febrero por la operación de hernia inguinal que tuvo que posponer por el confinamiento. En septiembre, cuando le iban a operar, se contagió y desde entonces su vida no ha vuelto a ser la misma.

Su caso no revestía una gran gravedad por lo que no fue ingresado en ninguna de las dos infecciones, pero el virus le ha dejado una huella en forma de secuelas físicas y psicológicas que a día de hoy aún arrastra. "He tenido mucho dolor de cabeza y muscular. Además, empecé con dolores muy fuertes en el abdomen, que no fueron capaces de diagnosticar ni en Atención Primaria ni en Urgencias. Me decían que no tenía nada que ver con la hernia. También me ha afectado mucho a los pulmones y me asfixio andando por la calle, cuando yo nunca he tenido ningún problema de este tipo", explica Mario.

Pero una de las peores cosas ha sido la quemazón de la piel que le ha provocado el virus: "Cada dos o tres horas tenía que meterme en la ducha porque me empezaba a picar mucho la piel, como cuando te quemas por estar al sol sin protección. Yo había oído que los picores eran frecuentes, pero lo que yo tenía era quemazón", señala, y añade que le salieron marcas en la cara y en otras partes del cuerpo que todavía no se le han ido.

Mario vive en el barrio de Buztintxuri. Solía salir a diario, a pasear, a hacer algún recado o con sus tres hijos, pero cada vez le cuesta más debido al cansancio extremo y la saturación baja que arrastra desde hace dos meses. También reconoce que le da reparo pisar la calle porque tiene miedo de volver a contagiarse: "Toda esta situación me ha provocado bastante ansiedad. Estoy tomando tranquilizantes y pastillas para dormir porque desde que me pasó esto estoy con muchos nervios". Para más inri, tras una visita a Urgencias Extrahospitalarias, la médica que le atendió le recordó que desde marzo le habían realizado 17 radiografías de tórax y un TAC abdominal. "Iba a hacerme ella otra radiografía, pero lo descartó por todas las que me habían hecho. Me dijo que eran muchísimas y que habían sido solicitadas sin control", denuncia.

Mario explica que ahora le van a realizar una analítica de sangre para tratar de averiguar qué es lo que le ha ocurrido exactamente. Mientras tanto, sigue de baja sin volver a su puesto de trabajo en la empresa de Acciona en Lumbier. Lleva así desde febrero a la espera de la operación que han retrasado primero el confinamiento de marzo y abril, y después sus contagios de covid-19. Tras este periplo, va a ser intervenido en la Clínica San Miguel, a través de la mutua de su trabajo. "En lo público están desbordados, así que me van a operar en San Miguel. Espero que esta vez vaya todo bien", expresa Mario.

Principios de septiembre: positivo. El 11 de septiembre Mario Aznar fue a realizarse la PCR antes de la intervención de hernia inguinal que tenía programada. No obstante, el resultado fue positivo, por lo que tuvo que aislarse y se pospuso la cirugía.

Finales de septiembre: negativo. El 23 de septiembre, doce días después, vuelve a realizarse la PCR y da negativo, es decir, Mario ya había superado el coronavirus, por lo que le volvieron a programar la operación para el 21 de octubre.

Finales de octubre: positivo. Dos días antes de la operación, vuelve a realizarse la PCR como marca el protocolo y para su sorpresa y la de los médicos vuelve a dar positivo en covid. En mes y medio, Mario se había infectado dos veces. Cuarentena e intervención aplazada.

Ahora, nuevo negativo. La semana pasada se efectuó la cuarta PCR en menos de dos meses. Dio negativo y ahora espera a ser intervenido de la hernia inguinal ?operación que lleva aplazando desde marzo, primero por el confinamiento y después por sus contagios? en la Clínica San Miguel.

Asfixia al andar. Además de la fiebre y los fuertes dolores de cabeza, Mario no puede caminar mucho rato porque se asfixia: "Me ha afectado a los pulmones".

Quemazón en la piel. El síntoma más inusual que ha tenido es la quemazón de la piel, que le obligaba a meterse en la ducha para aliviar el dolor.

Ansiedad. Asimismo, toda esta situación le ha provocado una gran ansiedad y nerviosismo, así como problemas para conciliar el sueño.