en numerosas ocasiones tuvieron que ser los conductores quienes recordaron la necesidad de llevar la protección puesta antes de subir al autobús

Con todo, el personal voluntario -DYA, Cruz Roja y de Protección Civil en algunas localidades- que estuvo a pie de calle en estaciones y paradas distribuyendo mascarillas quirúrgicas daba una buena nota a la población: siete de cada diez personas llegaban ya con la mascarilla puesta. La concienciación ciudadana y las llamadas a la responsabilidad por parte de las instituciones parecen haber calado, aunque todavía ayer podía verse a hombres y mujeres ajenos a la velocidad de circulación y al poder de transmisión de un virus letal. O no.

Y es que, como comentaba una chofer de Bizkaibus, “muchas personas la traen en el bolso y esperan a que les den una mascarilla nueva”. Una compañera suya, explicaba a DEIA, fue testigo a primera hora de la mañana de cómo una señora esperó pacientemente su turno en la cola como si fuera a subirse al autobús para coger una mascarilla y desaparecer con la excusa de “que no sabía si tenía saldo”.

No era el caso de Eva, cajera en un supermercado de Bilbao que no ha parado de trabajar en todo este tiempo y por lo tanto tampoco de viajar en transporte público, en su caso en tren de Cercanías. “Al principio no, pero desde hace unos días salgo ya de casa con ella puesta así que tampoco me he parado a pensar. Cuestan un eurillo, pero bueno…”. Ella era una de la docena de personas -la mayoría mujeres- que ayer esperaban al tren guardando la distancia poquito antes de las ocho de la mañana. Según decía, en jornadas precedentes -“las duras del confinamiento”, describía con medio sonrisa- “íbamos muy pocos así que no había problemas de tener gente cerca”.

Ayer, sin embargo, primer día de la fase 0 de la desescalada, la reapertura de algunos comercios contribuyó también a estimular el transporte. Lo confirmaba, por ejemplo, Enrique Pastor, responsable de Protección Civil de Balmaseda. Desde primera hora de la mañana -“a las seis menos cuarto”, detallaba- estuvo con su equipo distribuyendo mascarillas en las estaciones de tren de Feve-Renfe y en las de Bizkaibus de la villa. A mediodía ya habían repartido más de medio millar de unidades cuando hace un par de semanas apenas eran un centenar.

La mayoría en el transporte por carretera, el modo más demandado para desplazarse desde la comarca de Enkarterri hasta la capital. De hecho, a primera hora de la mañana fue necesario incorporar un refuerzo en esa línea debido a la afluencia de personas usuarias. Y es que, debido a la pandemia, los aforos de los autobuses se han reducido a 25, 18 o 10 personas, en función del tamaño de la unidad: 15, 12 y 10 metros respectivamente. Ese incremento de viajeros se dejó sentir, sobre todo, en el suburbano.

Según las estimaciones de Metro Bilbao, hasta un 18% más de personas utilizaron ayer desde primera hora las líneas de que conectan las dos márgenes de la Ría con el botxo, y viceversa. Y todos con mascarilla porque el personal de seguridad, según marca la ley, se encargó de impedir la entrada a los andenes a aquellas personas que no portaban protección. En Bilbobus, por ejemplo, dispuso cajas con mascarillas en cada una de sus unidades para que los pasajeros sin ellas pudiesen coger una y colocársela para acceder al autobús.

“El 100% no traía mascarilla pero es que la medida fue implantada un domingo”

Metro Bilbao

“A mediodía habíamos repartido más de quinientas y hace quince días apenas cien”

Protección Civil Balmaseda