Con una prestigiosa carrera como científico en Estados Unidos y ahora en Gran Bretaña, este experto catalán aborda en su libro el apasionante tema de las grandes pandemias modernas, basándose en su amplio conocimiento y gran capacidad divulgativa. "Todo parece indicarnos que pandemias de este tipo se sucederán en años venideros, pero lejos de angustiarnos por ello, debemos estar preparados, hacerles frente con determinación y cooperación; conocer mejor a los microbios para que dejen de ser seres desconocidos", explica a DEIA desde su laboratorio londinense. Salvador Macip pasó nueve años en el hospital Mount Sinai de Nueva York estudiando el funcionamiento del sistema inmune y las infecciones, además de colaborar con los virólogos que descubrieron las bases genéticas de los virus de la gripe, del cáncer y el envejecimiento en la Universidad de Leicester (Reino Unido).
Los científicos avisaban de que pandemias como la del covid-19 llegarían. ¿Hacia dónde miraban los que tenían que escucharles?
—Supongo que hacia otras cosas que consideraban más urgentes. Hace años que los expertos avisan del riego de una pandemia como esta (¡o peor!), pero como no se puede predecir cuando llegará o qué virus la causará, a los líderes les cuesta pensar en los preparativos.
Lo urgente nos suele impedir hacer lo necesario. Suponiendo que algún dirigente quisiera romper este planteamiento, ¿qué tendría que hacer como necesario?
—Empezar a diseñar un plan de respuesta a pandemias, como ya hay para temporales, sequías o terremotos en zonas de riesgo. Organizar un comité de expertos transversal que pueda asesorar en las preparaciones y estar "de guardia" si empieza un brote. Y, finalmente, empezar a coordinar todas estas iniciativas con otros países.
10 de enero. En China muriéndose la gente. Genoma del virus editado. 15 de marzo, se niegan los PCR. ¿Qué ha fallado y por qué falla? ¿No les creían a los científicos e investigadores?
—Hay problemas de coordinación. Somos muchos los científicos que sabemos hacer PCRs y tenemos los equipos en nuestros laboratorios. Solo falta que nos proporcionen los reactivos, porque voluntarios hay de sobra. Pero a día de hoy, ni en España ni en el Reino Unido, donde vivo, han sabido aprovechar estos recursos. Es el mismo problema: no tener un plan claro de respuesta y tener que improvisar uno, algo que es muy lento por culpa de los ritmos habituales de la política.
Sensación de la ciudadanía. Nos han transmitido una seguridad absoluta en nosotros y en nuestro sistema. ¿No sería mejor que nos dijeran la verdad sobre nuestras limitaciones?
—Yo siempre soy partidario de decir la verdad a la población y explicar bien qué significa. De estas crisis solo podemos salir si actuamos juntos. En pandemias por virus nuevos, como ésta, la vacuna no llega a tiempo a frenar la primera ola de contagios, por lo que hay que implicar a toda la ciudadanía, porque está en sus manos evitar al máximo los contagios y sus consecuencias, en este caso, la saturación del sistema sanitario, que es el gran riesgo.
Infección, pandemia, confinamiento, búsqueda vertiginosa de soluciones médicas. ¿Llegarán soluciones antes del posible rebrote en el próximo mes de noviembre?
—Seguramente no. La vacuna tardará mas, porque hay que hacer antes una serie de pruebas y después producir suficientes dosis, lo que es un proceso lento. Quizás encontremos algún fármaco que disminuya los síntomas causados por el virus, pero es poco probable que lo elimine completamente. Ya se están estudiando unos cuantos candidatos, pero una vez más, el arma principal será la respuesta ciudadana.
Esta epidemia esta siendo lapidaria, ¿el virus retornará? ¿también nos llegarán otros?
—El virus no marchará, se quedará con nosotros seguramente para siempre; pero si todo va bien, conseguiremos controlar las infecciones, como hemos hecho con muchos otros virus, como el del sarampión, el de la polio, incluso el de la gripe... Que llegarán más es seguro. Los virus no paran de evolucionar y siempre existe el riesgo de que aparezca uno nuevo que cause una enfermedad grave.
Nos seguimos intitulando homo sapiens. Si lo somos, qué propuestas tiene para hacer frente a estas nuevas/seguras epidemias que nos lleguen, ¿en investigación, en aplicación clínica, en la economía o en la gobernanza de los países?
—Primero, más inversión y apoyo a la investigación; la ciencia es la que tiene las soluciones para estos problemas, pero necesita recursos y tiempo. Segundo, asegurarnos que el sistema sanitario no opera ya habitualmente al límite; los últimos recortes lo dejaron tocado y ahora vemos que tiene poca capacidad para hacer frente a un problema de esta magnitud sin el peligro de saturarse. Tercero, hay que empezar a diseñar ahora mismo un plan de rescate para salir de la crisis económica.
¿Y cómo?
—Si en la anterior se rescataron los bancos, está vez hay que rescatar directamente a las personas. El impacto económico y social de la pandemia será enorme y dependemos de los gobiernos para conseguir sobrevivir. Y, finalmente, tenemos que empezar a coordinar una respuesta a nivel mundial, porque este tipo de crisis sanitarias afectarán a todos los países.
¿Cree que los dirigentes harán caso a médicos e investigadores cuando haya pasado la urgencia?
—Me temo que no. Basándonos en lo que ha pasado hasta el momento, lo más probable es que cuando el covid-19 deje de ser un problema, las prioridades cambien. Y esto sería un gran error, porque la próxima pandemia puede ser peor que ésta. Hay que estar bien preparados.
"Los gobiernos no están contando con los científicos que tenemos equipos para hacer PCRs"
"La próxima pandemia puede ser peor que ésta, por eso hay que estar bien preparados"