OS ordenadores son buenos siguiendo instrucciones, no leyendo tu mente”, afirmó el padre del análisis de algoritmos Donald Knuth. Algo así le debió suceder a la sopeloztarra Ana Sagredo, quien un buen día dio un giro de 360 grados a su vida, cambiando su desempeño dentro del campo de la informática, vertiente a la que se dedicó durante dos décadas, por otra faceta completamente diferente, la de coach.

“Vine a Euskadi desde Burgos para estudiar Informática y trabajé como ingeniera de software durante veinte años”, relata. Una primera experiencia en tierras vascas que le cautivó. “Me enamoré de esta tierra”, recuerda. Al mismo tiempo, también formó una familia. Sin embargo, luego acabó perdiendo el trabajo y le tocó reinventarse. A nivel personal, su vida también sufrió alteraciones. Se separó de su marido y se volcó en una lucha constante para salir adelante. Tocaba volver a remar. Decidió entonces que las experiencias acumuladas podrían ser muy útiles para otras personas y de la mano de su “mentor” Borja Vilaseca, experto en coaching, se sumergió de lleno en este mundo del acompañamiento profesional, motivando y enseñando técnicas a otras personas para que puedan alcanzar sus metas.

“Ayudo, por ejemplo, a padres y madres a contribuir en el crecimiento saludable de sus hijos, a personas que sufren ataques de ansiedad a superar sus miedos y aceptarse y a aquellas personas que necesitan aumentar sus habilidades para crecer profesionalmente”, explica.

No obstante, como hoy en día está “difícil la vida de cualquier cosa”, tal y como sostiene, compagina su faceta como coach. “Me dedicó a la venta de Thermomix”, indica. Tomó contacto con el robot de cocina más célebre a través de una amiga y, desde entonces, su vida cambió, asegura. “No se sabe lo imprescindible que es hasta que se prueba”, añade.

Precisamente, esta época de confinamiento y de prolongada estancia en casa supone, a su juicio, una oportunidad de oro en el mercado. “Ahora estoy vendiendo un montón. La demanda ha sido brutal”, destaca. Y es que, mientras muchas personas optan por sacar durante esta etapa su lado más cocinillas, otros prefieren apostar sobre seguro con la eficiencia de las nuevas tecnologías.

Pero, sin duda, si hay una característica que define a Ana, más allá capacidades motivadoras o su carácter extrovertido, esa es la solidaridad. Como integrante de una red de apoyo a mujeres, presente en todo el mundo, está en contacto con otras personas que sufren los reveses de la vida, tal y como le sucedió a ella. “Hablo a diario con otras mujeres de diferentes países de Europa, América y Oceanía y nos prestamos apoyo”, desvela.

Precisamente, la semana pasada tuvo conocimiento del caso de una mujer sevillana que viajó a Gipuzkoa para impartir unos cursos y el estado de alarma le sorprendió allí, sin posibilidad de retornar a su tierra y con “problemas económicos”. Ante esa situación, Ana no dudó en contactar con ella y prestarle su apoyo. “Iba a ir a recogerla hasta que pudiese volver, pero al final no ha hecho falta”, relata aliviada esta coach en cuarentena.