El confinamiento para Calixto Bieito está siendo diferente al que nos toca vivir a los ciudadanos en Euskadi. El director artístico del Teatro Arriaga reside desde hace años en Basilea. En Suiza no está prohibido salir de casa, pero el Gobierno sí ha marcado normas de distanciamiento entre las personas para evitar la propagación del covid-19. Sin embargo, Bieito asegura cuidarse y realiza las salidas extremando la protección necesaria para no contagiarse. “De niño tuve un problema de pulmón y no tengo contacto con la gente”, afirma. Tiene a su madre en Barcelona a la que ve por videollamada.

Puede salir de casa, pero se le hará raro no viajar.

—Muy raro. Esta es la vez que más tiempo seguido he estado en casa. Estoy acostumbrado a desayunar en Berlín y cenar en París.

¿Cómo lo lleva?

—Bien. En Suiza las restricciones no son tan estrictas como ahí.

Le pilló en París.

—Sí, la verdad es que desde hacía días se notaba el nerviosismo y mucha preocupación. Me pilló en un ensayo de la tetralogía de Wagner que son cuatro óperas que duran 17 horas. El 12 de marzo no ensayamos y el 13 nos dijeron que regresáramos cada uno a sus casas.

¿Cómo es su día a día en Basilea?

—Más de cinco personas no nos podemos encontrar. Aquí la hostelería y el comercio están cerrados, excepto la alimentación, como en Euskadi.

¿La gente utiliza mascarillas?

—No, ni mascarillas ni guantes.

¿Sigue las noticias de cómo está la situación en Suiza y en Euskadi?

—Sí, pero poco, solo titulares.

¿Prefiere no saber?

—No quiero habituarme a leer constantemente lo mismo.

¿Lo hace para no intoxicarse?

—No me llego a agobiar porque no lo hago. No es habitual en mí ponerme a ver lo que se mueve alrededor del virus. Me informo de lo que las autoridades dictan y punto.

¿Está conectado con Bilbao?

—Todos los días y mucho tiempo.

En Euskadi estaremos confinados, al menos, hasta el 10 de mayo.

—Lo sé. Cuando esto pase lo primero que voy hacer es ir a Bilbao a comer gildas.

¡Qué buenas!

—¡Me encantan!

El Arriaga cerrado a cal y canto. ¿Hay preocupación en el sector?

—La sensación de no tener un horizonte claro es lo que provoca esta incertidumbre.

¿Se puede arrojar un rayo de esperanza?

—Sí. Cuando la actividad se retome haremos planes con los artistas de Bilbao y de Euskadi, en general.

Apuesta por la producción local.

—Así es. Toda la programación y temporada estará dedicada a proyectos locales.

Este puñetero virus no acabará con el talento, ¿verdad?

—Claro que no. Sin duda prefiero saber lo justo del virus y centrarme en lo que va a ser el Arriaga cuando volvamos a abrir. En el País Vasco hay mucho talento artístico y muy buenos profesionales.

El miedo es que no haya dinero.

—Ese no es un problema de ahora. Antes del covid-19 también lo era. El dinero en el Arriaga se destinará a proyectos locales. Ese es el mensaje tranquilizador.

“No me agobio con el tema del covid-19; prefiero leer solo titulares y no saturarme de información”

“El Arriaga va a destinar el dinero para apoyar a las producciones vascas; ese es el mensaje de esperanza”