Ella y quienes le rodean gozan de salud y eso la soprano Miren de Miguel lo valora por encima de todo. Lo demás, como dice la cantante, “ya veremos cómo se desarrolla”. Solo queda tener paciencia y tomarse el día a día de la mejor de las maneras. Y es que la vida es demasiado corta para pasar las horas sufriendo.

Me parece una buena filosofía.

—¿El procurar no amargarme la vida?

Sí y el no dejarse llevar por esta situación de incertidumbre.

—Los artistas estamos acostumbrados a vivir en la cuerda floja todo el día. Hoy, estás arriba y, al día siguiente caes en picado.

Ahora nos toca estar confinados.

—¡Y qué vamos hacer! ¿Estar todo el día cabreados? Me niego. Todos los días me pinto los labios de rojo y le canto a la vida.

Me encanta el positivismo.

—No nos queda otra.

¿Se organizan bien en casa?

—Estupendamente. Mis hijas tienen sus espacios para estudiar y yo el mío. No me molestan para nada. La convivencia es magnífica.

¿Dónde organiza los show?

—En el pasillo. Ese es mi hueco.

¡Quién lo diría!

—Parece que tengo un escenario, ¿eh? Todos los días actúo, hago un montaje de cinco minutos. Canto y hago una pequeña escenografía.

Todos los días se maquilla, se viste... ¿No le da pereza?

—Para nada. Es importante sentirse bien en estas circunstancias.

¿Para usted es una terapia?

—No, no es una terapia. Es más bien una necesidad. Es una forma de seguir trabajando de alguna manera, de estar activa de desarrollar mi profesión. Cada día es diferente y lo voy haciendo en base a lo que me inspira el día. Para mí tengo al público delante.

Qué efímero y frágil es todo.

—Demasiado. De todos modos quienes nos dedicamos al mundo del espectáculo lo sabemos porque hemos estado muchas veces metidos en el agujero...

El sol sale todos los días.

—Así es. Y más pronto que tarde saldremos de esta. ¿Que será complicado? Claro, no va a ser fácil pero para qué pensar en el mañana cuando tenemos el hoy.

Hay que ser fuertes.

—Mucho, pero somos más fuertes de lo que creemos, ¿eh? A veces me sorprende de mí misma. Lo que tengo claro es que no depende de mí salir de esta situación, pero sí depende de mí llevarlo de la mejor de las maneras.

¿Sale a aplaudir?

—Por supuesto, todos los días. Canto y aplaudo por quienes está trabajando en primera línea de batalla.

¿Cómo cree que será el día después al confinamiento?

—No lo sé. Yo pienso en el ahora. Le digo a mis hijas: Damos gracias a Dios que por ahora tenemos para comer. ¿Luego? ¡Quién sabe!

¿Tiene miedo?

—Tengo miedo a que nos falte la salud, el resto ya lo conseguiremos como hasta ahora, trabajando mucho... Vivo de cantar y de dar clases... ¿Crees que volveré? Doy clases on line pero el resto... Sé que la tristeza es infinita pero no voy a a caer.

¿Ha recuperado algún hobby?

—Ninguno. Tampoco me ha dado por la cocinar más.

“Montar todos los días los show en el pasillo de casa es una necesidad; es como que el público está delante”

“Pienso en el ahora. A mis hijas les digo: Damos gracias a Dios porque por ahora tenemos para comer”