El pasado 21 de marzo comenzó a sentirse mal, 39 de fiebre, cansancio, dolor de garganta y dolores musculares. Se confinó en la habitación. Después, notó falta de respiración y ya en Basurto le hicieron varias pruebas, entre ellas la del coronavirus. Horas más tarde, ya en casa, le confirmaron que era positivo. Días después, su mujer, Idoia Mendia, ingresaba también con coronavirus. Dice que sigue trabajando preparando el pleno que se celebrará el próximo día 30: "Espero estar recuperado totalmente para ese día".

¿Sigue confinado en su habitación?

—Sí, aquí sigo. Salgo exclusivamente para ir a un baño que compartimos Idoia y yo, pero sin vernos; el otro es para los chavales. Tenemos la suerte de tener dos baños.

¿Quién se hace cargo de la casa, la comida, la limpieza ... ?

—Los chavales (17 y 23 años) son quienes se encargan de todo porque, de momento, al menos, no han mostrado ningún síntoma. Menos mal, no quiero imaginarme si como le está ocurriendo a mucha gente fueran más pequeñitos.

Yo sé que usted es aprensivo, ¿ha estado muy asustado?

—Me asusté el día que me faltó la respiración porque noté que si te falta el aire estás vendido. Estaba mal, absolutamente abatido, y, como le dije ayer a una persona que me llamó, alguno piensa en la crisis de los misiles, en las guerras comerciales y fíjate un bichito de una micra ha puesto de rodillas a la humanidad. Eso es lo que nos tiene que hacer pensar porque muchas veces estamos pendientes de tonterías y lo verdaderamente importante es este tipo de crisis que pueden llevar a la extinción de la raza humana. Y te toca igual vivas en Sudáfrica o en Groenlandia.

¿Sintió cierta responsabilidad por la posibilidad de haber contagiado a Idoia?

—No, no puedes caer en eso. Estoy en el comité de crisis del Ayuntamiento y hemos estado trabajando hasta justo un día antes de que me encontrara mal para que los servicios esenciales estuvieran operativos. No puedes pensar en culpar a alguien sino en cómo salir. No se trata de reprochar.

Ahora se habla de política...

—Sí, aquellos políticos que lo están haciendo se están equivocando. Tenemos que buscar soluciones a cómo a acabar con el virus y lo segundo es cómo salir de ésta de la mejor manera posible. Los efectos están siendo devastadores. La política tiene que buscar la solución y no más problemas. Tiene que dar respuestas a esta crisis.

¿Cree, como algunos, que vamos a salir fortalecidos?

—No sé si fortalecidos, pero sí muy tocados. La situación de salida va a ser muy compleja. Hemos tenido una crisis hace dos días y es verdad que en ésta las instituciones públicas vamos a tener que hacer un esfuerzo muy importante y de contención. Van venir tiempos duros porque la gente no está generando actividad.

¿Qué hace uno todo el día en una habitación?

—He descubierto que sois mi familia de verdad porque los medios de comunicación sois los únicos con los que tengo contacto ya sea a través de los periódicos, la radio o la televisión. Sin los medios hubiera habido suicidios porque hay mucha gente como yo sola en una habitación. Y luego saco rato para el teclado, con el saxo no me atrevo por eso del virus.

¿Está ya trabajando?

—Sí. Desde que me diagnosticaron el bicho, salvo dos días, no he dejado de recibir mensajes de mi equipo y del gobierno municipal. Hay muchas decisiones que tomar. Por ejemplo, estamos tutelando el espacio público compartido, que las mercancías lleguen, y eso es posible fruto del esfuerzo colectivo y, por supuesto, de esos sanitarios. Ayer mismo tuvimos Junta de Portavoces y varias reuniones por Skype para preparar el pleno del próximo día 30.

¿Pleno?

—Será distinto pero hay que celebrarlo porque hay temas que hay que despejar. Espero estar ya para ese día, no podrá habrá multitudes pero hay que tomar decisiones.

¿Qué es lo que más echa de menos?

—Pues la verdad, un beso, un abrazo, veros a todos...

"Desde el segundo día no he dejado de trabajar, el mismo jueves tuve varias reuniones para preparar el próximo pleno"