- El primer beso de Javier Arrieta y Eva Rubio como marido y mujer no fue en presencia de la concejala que los casó. Esta pareja de bilbainos contrajo matrimonio el viernes en el Ayuntamiento de Bilbao durante una ceremonia nada convencional en la que tuvieron que respetar la distancia social de la que tanto se habla. "No nos dejaron ponernos el anillo el uno al otro, ni darnos un beso ni la mano. Estuvimos todo el tiempo a metro y medio de distancia", cuenta la novia sobre un día que pasará a su historia de pareja como uno de los más pintorescos. A pesar de ello, su recién estrenado esposo revela que fue "un pequeño oasis de felicidad en estos tiempos". La retransmisión del rito en directo a través de Instagram y la posterior videollamada masiva con los invitados favorecieron que así fuera.

Esta pareja fue una de las cinco que tenían previsto casarse el pasado 27 de marzo, en pleno estado de alarma, y decidieron seguir adelante incluso con las limitaciones que supondría. "Desde el Ayuntamiento de Bilbao nos dijeron que era posible mantenerlo con las restricciones lógicas. Han sido muy cercanos. Al principio no lo teníamos muy claro, nos hacía ilusión que vinieran nuestros padres, aunque fuera a ser en petit comité", relata Eva Rubio. Finalmente, las ganas de ser "marido y mujer" vencieron los obstáculos impuestos por el coronavirus y optaron por no posponer más su unión civil. "De hecho cambiamos los testigos a última hora, iban a venir nuestras madres, pero como son personas de riesgo vinieron dos amigos", expone esta bilbaina.

"Fuimos en coche, conducía yo y la novia iba en diagonal. Todo adecuado a la situación. La Policía Municipal tenía nuestra matrícula por lo que nos dejaron aparcar ahí", explica Javier Arrieta. Nada más entrar en la casa consistorial tuvieron que desinfectarse las manos con alcohol. "Uno de los testigos grabó la boda con mi móvil, que también lo limpiamos. Y cada uno firmó con un bolígrafo diferente. Fue un tanto rocambolesco", expone la novia, quien está convencida de que ninguno de los invitados olvidará la boda que fue oficiada por la concejala Yolanda Díez. "Todos nuestros amigos se volcaron, ha sido algo positivo para todos", agrega.

Muestra de ello son las 180 personas que siguieron la ceremonia en directo desde Instagram, donde pudieron compartir mensajes en tiempo real. Y posteriormente, ya en casa, muchos se sumaron a la videollamada masiva -que contó con hasta 60 personas- convocada por los novios para celebrar el día que si no fue como lo habían imaginado, al menos fue un soplo de aire fresco en medio de un confinamiento que se hace duro. "Nos hemos podido adaptar a esta situación tan poco habitual gracias a la tecnología", agradece Javier Arrieta. "El cariño de la gente, aunque no fuera presencial, nos ha llegado de todas las maneras", añade Eva Rubio.

Lo que sí se han visto obligados a posponer ha sido el banquete que debía celebrarse ayer, un día después de la ceremonia, en Bodegas Bilbainas de Haro. "Si todo va bien lo vamos a hacer el 28 de noviembre", explica la novia, quien señala que preveían lo que está ocurriendo por lo que pospusieron la celebración a la que estaban invitadas 250 personas antes de que se decretara el estado de alarma. "Nos parecía la decisión más responsable. Hablamos con la wedding planner y la gente se ha portado muy bien con nosotros", explica la bilbaina, quien agrega que todo han sido facilidades por parte de los proveedores y demás servicios contratados.

Lo que han cancelado, directamente, ha sido la luna de miel. "No sabemos si vamos a poder viajar en seis meses", explican. Su idea era "hacer una vuelta al mundo" en tres semanas empezando en Australia, para recorrer varias islas del océano Pacífico -Vanuatu, Nueva Caledonia y Fiji- y después volver desde Los Ángeles. "Nos han dado facilidades para cambiar las fechas pero es tal la incertidumbre que no nos podemos comprometer a retrasarlo", relata el novio, quien explica que ahora están intentando que el seguro les devuelva el dinero invertido. "El seguro se exime de pagar si se declara una pandemia, pero el consorcio de compensación de seguros tiene una cláusula para cubrir algunas situaciones que el seguro no cubre. Como cuando hay una actuación de cuerpos y fuerzas del estado en tiempos de paz", revela.

En cualquier caso, esta pareja asevera que las vacaciones no están ahora entre sus prioridades, "sino respetar lo que están diciendo que tenemos que hacer y cuidarnos lo máximo posible". Además, indican que con la que está cayendo su máxima ahora es estar cerca de sus seres queridos. Actualmente los dos están teletrabajando desde casa. Eva Rubio es bioquímica en un hospital mientras que Javier Arrieta trabaja en una empresa de recubrimientos industriales llevando el mercado francés. Así que dentro de la tranquilidad comienzan a atisbar el lado positivo de todo esto, ya que tal y como se encargó de recordarles uno de los invitados, el hecho de que aplacen la boda supondrá que habrá una hora más de barra libre. Esa hora que hubieran tenido que restar debido al cambio horario si la hubieran celebrado ayer.

"Cambiamos los testigos a última hora, iban a venir nuestras madres, pero vinieron dos amigos"

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"Nos hemos podido adaptar a esta situación tan poco habitual gracias a la tecnología"

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