¿Qué le parecen las medidas excepcionales que adopta Euskadi? —Se está actuando con precaución porque en determinadas zonas tenemos un número alto de enfermos que debemos mitigar para que no se sature el sistema sanitario y colapse. No podemos permitir que se disparen.

¿Cuándo se alcanzará el pico?

—Presumiblemente el número de casos va a ir creciendo otras tres o cuatro semanas más (siguiendo el ejemplo de China) y luego bajará.

¿Vaciar las aulas era necesario?

—Los niños se infectan pero les provoca una enfermedad muy leve. Más del 80% tiene cuadros parecidos a los de un resfriado de cualquier invierno. El problema es el otro porcentaje que nos queda, gente que enferma más y hay que hospitalizar. Lo que se pretende es que el número de enfermos que necesiten asistencia sea asequible para nuestros servicios sanitarios.

¿La sanidad vasca responde?

—Sí tenemos una buena sanidad. No es la ideal pero responde bien. Y con buenos servicios, tienes muchas más posibilidades de salir de la enfermedad. Eso se está viendo ya. Por ejemplo, la mortalidad en China ha sido relativamente alta, casi del 3%. En Corea del Sur, con una sanidad estupenda, ha sido del 0,5 como cualquier gripe. En los países escandinavos, con un número de casos equivalente al nuestro y una buena red asistencial, tienen una mortandad baja.

Y entonces ¿por qué tanto pánico?

—Es que se dan las cifras crudas de infectados sin matizar que el 60% se ha curado. Y otros muchos están en vías de curación pero tienen que pasar los 14 días de rigor. Por eso nos asustamos. Hay que contrastar las cifras crudas con la realidad positiva. Claro que si tengo 80 años, una bronquitis crónica, me va mal el hígado y el riñón, esto es una sobrecarga. Mira lo que pasa en China que ya casi no tiene casos y cada día se registran menos enfermos. Corea del Sur ha hecho meseta.

¿La llegada de la primavera será una terapia de choque?

—Vamos a hacer más vida al aire libre, con menos gente concentrada en sitios reducidos. Es un poco lo que se está haciendo que es aplicar el distanciamiento social. Pero hace falta concienciación y solidaridad, tenemos que arrimar todos el hombro.

¿Convivíamos con el covid-19 antes de que se diera la voz de alerta?

—Probablemente a la vez que hubo algún enfermo en Italia, hubo aquí. Pero tendrían un cuadro tan leve que ni se dieron cuenta. Los chinos tuvieron los primeros casos sobre el 8 de diciembre pero no se percataron hasta finales de diciembre. Lo bueno es que con los medios que tenemos ahora en menos de diez días ya sabíamos cuál era su genoma y casi como se transmitía. Es muy similar al de algunos murciélagos y es un primo hermano de aquel que nos dio guerra sobre 2002, el SARS. Desde los años 60 hasta ahora hemos conocido siete coronavirus distintos.

Si los coronavirus son viejos conocidos y ya se ha descifrado el genoma de este ¿por qué se tarda tanto en disponer de una vacuna?

—Tenemos unos 30 prototipos de vacunas pero hay que probar que aumenta las defensas, en animales y personas. Luego hay una serie de reglamentaciones y ensayos clínicos que llevan su tiempo. Debes demostrar eficacia y que sea segura.

Preocupa que sea tan contagioso.

—Al transmitirse por gotas respiratorias es más fácil que si se trasmitiera por un contacto muy estrecho como las enfermedades de transmisión sexual o por contacto con fluidos como el ébola. Son gotas bastante gorditas de hasta cinco micras. Y tienen un radio de acción elevado, si toses o si estás hablando, que pueden llegar al metro y medio. Se está viendo que por cada enfermo se contagian entre uno y tres. Es poco si lo comparas con las paperas o el sarampión que de cada afectado se contagian de 10 a 16.

El primer muerto en Bizkaia fue un hombre de 83 años en Galdakao sin contacto con chinos ni italianos.

—Esos casos son los que nos preocupan a los médicos porque queremos trazar el origen. Pero en todas las epidemias siempre hay un porcentaje pequeño en el que se desconoce el origen del contagio.

¿Hay supervirus igual que superbacterias que sean muy letales?

—Tenemos el del ébola, el nipah, pero por suerte los tenemos bien acantonados. Otro supervirus ya prácticamente controlado es el VIH que se ha vuelto una enfermedad crónica.

"Se desata el pánico porque se dan las cifras crudas de contagios sin matizar que el 60% ya se ha curado"

"Tenemos una buena sanidad. Con buenos servicios sanitarios tienes muchas más posibilidades de salir de la enfermedad"