- Ante el cierre de los colegios, ¿cómo informar a los niños sobre esta situación excepcional?

—A los más pequeños, con algún cuento siempre les entra mejor, pero yo diría que explicarlo con naturalidad y sin dramatizar. Pero explicarles lo que hay de verdad. Lo que no se puede hacer es engañarles o decirles algo que no es cierto porque los niños están en casa oyendo las noticias, viendo a sus padres preocupados. Y ese es otro tema en el que me gustaría incidir y es que los padres no estén todo el día escuchando y viendo noticias sobre este tema y con la preocupación que ello conlleva.

Los niños perciben la preocupación. ¿Cómo puede afectarles?

—Los niños perciben absolutamente todo. De nada sirve si yo le cuento a mi hijo una versión sin dramatizar si luego ve a toda la familia en el salón, viendo la televisión con cara de preocupación y hablando únicamente del tema. La cuestión de la hiperinformación en este asunto afecta muy gravemente. Los ciudadanos somos pasivos de los medios de comunicación en este caso. Si pudiéramos elegir una información más activa, descargarnos nosotros lo que quisiéramos para informarnos, el tema funcionaría un poco mejor a nivel de pánico.

¿Cómo les afecta a los niños la ruptura de la rutina?

—Les puede crear inseguridad porque los niños necesitan una rutina, necesitan saber lo que tienen que hacer. Esto es demasiado fuerte para ellos en el sentido de que se rompe su vida actual, independientemente de que, dependiendo del tramo de edad, se puedan poner más contentos porque no tienen clase. Eso en el caso de aquellos a los que no les guste ir al colegio, porque hay a muchos que sí les gusta ir. Pero en cualquier caso, aquí la cuestión está en que habría que establecer cuanto antes conductas rutinarias dentro del hogar, cada uno con los medios que pueda, para que el niño adquiera esa seguridad que necesita. Por supuesto, deberían de seguir con sus tareas académicas, de una forma lo más rutinaria posible.

Y en el caso de los niños pequeños, ¿alguna recomendación especial?

—Para los niños muy pequeños, algo de cuentos, de dibujos, de hacerles entender que lo que pasa es algo novedoso, pero tampoco darle mucha importancia. Los niños pequeñitos se dejan llevar por los acontecimientos, e insisto en el tema de la rutina.

Para ellos el tema de la rutina es especialmente importante, ¿no?

—Es lo más importante porque les quita miedo, que es el factor estresante para los niños, situaciones que les generan inseguridad y les generan miedo.

¿Cómo nos afecta, a nivel social, la hiperinformación?

—En este tema es como si toda la sociedad estuviéramos obligados a recibir una serie de información que es excesiva y además somos pasivos, nos están golpeando constantemente con la información. Es una información que genera situaciones de pánico social, como el tema de desabastecimiento en los supermercados.

Están ocurriendo cosas sorprendentes estos días, como las compras compulsivas.

—Y esto es algo que afecta también al mundo infanto-juvenil porque es el modelo que ellos ven. Yo veo a mi padre con el carro del hipermercado cargado de cosas y pienso: Mira qué bien, yo estoy salvado y los demás, que se las arreglen. Es un mensaje muy poco comunitario, muy poco social para nuestros pequeños.

¿Y cómo puede afectar a la población especialmente vulnerable? Las personas mayores, para quienes se han suspendido también todas las actividades, están ahora en sus casas viendo la televisión y una información que apela directamente a ellos.

—Las personas mayores son las más vulnerables y las más vulnerables de la hiperinformación también. Yo les recomendaría que no se hiperinformen, que no se coloquen frente al televisor a ver programa tras programa... El nivel de angustia puede ser muy grande. Pero es verdad también que las personas mayores suelen tener más recursos intelectuales para saber discernir entre a qué hacerle caso y a qué no. Muchos han pasado situaciones difíciles en la vida y hay muchos que tienen una mejor resistencia a este tipo de situaciones, por experiencia vital. Pero, evidentemente, hay otros que no y para esos otros la recomendación sería no informarse tanto.

¿Es la rutina tan importante para los adultos como para los niños?

—La rutina nos vale para todos. Estamos siempre diciendo que queremos salir de la rutina, pero en cuanto nos sacan de la rutina nos volvemos inseguros. Y ante una situación sobre todo descontrolada, más. Nosotros, como humanos, somos una especie miedosa, nos gusta mucho el miedo, nos regodeamos en el miedo. Insisto en la hiperinformación, ¿esto qué hace? Que focalicemos nuestra atención en este asunto. Y cuando tú focalizas toda tu atención en un solo asunto, este acaba preocupándote, siempre. Y esto es lo que está pasando y esto genera niveles de ansiedad y angustia importantes, con lo cual se produce el contrasentido de que si te genera niveles de angustia importantes, incluso de estrés, tu sistema inmunitario va a funcionar peor. Lo que sí recomiendo para todo el mundo es que adquiera rutinas lo antes posible.

"A los niños hay que decirles la verdad, explicarles la situación con naturalidad y sin dramatizar"

"La ruptura de la rutina les puede crear inseguridad, los niños necesitan saber lo que tienen que hacer"

"La hiperinformación genera situaciones de pánico social, como el desabastecimiento en los supermercados"