Bilbao - La juventud vasca, lo mismo que el conjunto de la sociedad, es variada y heterogénea. De ahí que un retrato conjunto que destaque elementos comunes seguramente dejará a algunos jóvenes fuera de foco. No obstante, la imagen que presenta la Panorámica de la Juventud de Euskadi 2019 que elabora el Observatorio Vasco de la Juventud es básicamente positiva: siete de cada diez jóvenes vascos, el 73,6%, tienen altas expectativas con respecto a lo que le deparará su situación personal de aquí a cinco años; el 85,4% de los jóvenes de entre 25 y 29 años se encuentra ocupado, regresando su tasa de paro a índices previos a la crisis, y los indicadores relacionados con la educación ofrecen buenos valores. El contrapunto negativo lo ponen las dificultades que los jóvenes encuentran para su emancipación.

El último informe sobre Panorámica de la Juventud 2019 presentado ayer por el viceconsejero de Empleo y Juventud, Marcos Muro, y la directora de Juventud, Agur-tzane Llano, analiza un amplio espectro de cuestiones que afectan a los jóvenes en áreas como demografía, educación, emancipación y vivienda, salud, ocio, cultura y deporte, con datos correspondientes a 2018. Según este informe, la juventud de la Comunidad Autónoma Vasca se muestra en general satisfecha y con confianza en el futuro.

La satisfacción de los jóvenes se observa en la valoración personal que hacen de su propia situación, que medida en una escala de 0 a 10, obtiene una nota de 7,7. Por su parte, el índice de confianza en el futuro recoge las expectativas de las personas de 15 a 29 años en relación a su situación personal, la de la juventud y la de Euskadi en el plazo de cinco años. En la encuesta el 73,6% opinaba que la situación irá a mejor en los próximos cinco años.

En materia de empleo y situación económica se analiza la tasa de actividad o porcentaje de personas que trabajan o están dispuestas a trabajar y que agrupa a personas ocupadas y paradas en búsqueda activa de empleo. Según los datos del informe, el 26% de los jóvenes del tramo entre 16 y 24 años trabajan o están dispuestos a hacerlo, mientras que el porcentaje se eleva al 85,4% entre los de 25 a 29 años.

Con respecto a la tasa de paro de las personas jóvenes en 2018, era del 20% para los del tramo de entre 16 y 24 años y del 13,2%, para quienes tienen entre 25 y 29 años, la tasa más baja desde 2008, según destacó Marcos Muro. Asimismo, el 43,9% de los jóvenes vascos de entre 16 y 24 años, trabaja en una jornada parcial -de menos de treinta horas semanales-, mientras que ese porcentaje desciende hasta el 24,4% al hablar de jóvenes de entre 25-29 años.

Emancipación En consonancia con los índices de empleo y situación económica, el informe presenta porcentajes muy diferenciados en lo que se refiere a la salida de casa de los jóvenes en función de su edad. Así, solo el 6,7% de las personas de entre 18 y 24 años se ha independizado; frente al 35,7% de las que tienen entre 25 y 29 años. La tasa se eleva hasta el 72,8% entre los 30 y 34 años. La edad media de emancipación desciende muy levemente y se sitúa en los 29,6 años.

En este caso, la carestía de la vivienda libre en propiedad sigue siendo un inconveniente importante para la emancipación de la juventud vasca asalariada. Siete de cada diez personas de entre 18 y 34 años aluden a que es precisamente esta carestía la que les impide iniciar una vida autónoma y reconocen las dificultades para poder salir de sus hogares, por lo menos, en el plazo de un año. La vivienda protegida presenta costes de acceso mucho más asumibles para los jóvenes con empleo, aunque les supone destinar el 32,2% del salario neto mensual al pago de la hipoteca.

En cuanto a los valores y actitudes de los jóvenes vascos, el mayoritario apoyo a cuestiones como el aborto libre y voluntario, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el cambio legal de sexo y la eutanasia, describe a una juventud tolerante. La igualdad entre mujeres y hombres sigue ofreciendo déficits en lo que se refiere a la igualdad en el acceso al trabajo, ya que las mujeres siguen percibiendo que, a igual preparación y experiencia, un hombre tiene más opciones de acceder a un trabajo.

Las mujeres también perciben la seguridad ciudadana de una manera diferente y un 34,2% afirma sentir miedo al caminar sola de noche por la calle, mientras que ese valor entre los hombres es del 3,9%.