DONOSTIA. La acusación particular, que ejerce la chica, eleva su petición de condena hasta los quince años de reclusión, al entender que, además de un delito de abuso sexual, la menor fue víctima de otro de detención ilegal, ambos con las agravantes de alevosía y de haber actuado el hombre aprovechando circunstancias que debilitaban la posible defensa de la joven.

Se da la circunstancia de que este mismo individuo fue condenado el pasado mes de mayo a diez años y medio de cárcel por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) por abusar sexualmente de otra menor, una niña de 14 años con la que mantuvo una relación sentimental y con la que llegó a tener relaciones completas en dos ocasiones, a las que la chica se había mostrado "reticente" pero a las que finalmente "cedió" debido "a la insistencia del acusado".

En este procedimiento, el hombre alegó, entre otros motivos, que las relaciones se habían producido con consentimiento mutuo y que la menor tenía "madurez suficiente" para prestarlo, argumentos que fueron desestimados por el TSJPV.

Estos hechos, por los que ya ha sido condenado, sucedieron en febrero y marzo de 2017, tan sólo unos meses antes de presunta violación de la segunda menor, ocurrida la madrugada del 29 de octubre de ese mismo año.

Aquella noche, según recoge el escrito de acusación provisional de la Fiscalía al que ha tenido acceso EFE, la chica había salido junto a otras dos amigas por la Parte Vieja de la capital guipuzcoana, donde "consumieron alcohol en diversos bares".

El escrito explica que las tres jóvenes se encontraron con el procesado, con el que acudieron a una discoteca de la zona, donde la víctima y su presunto agresor se quedaron solos hacia las cinco de la madrugada.

El documento del Ministerio Público concreta que, al salir de la sala de fiestas poco después, la víctima, que era "incapaz de mantenerse en pie" dado su "estado de embriaguez", fue "llevada" por el hombro por el encausado hasta un local de jóvenes.

En este lugar, "aprovechándose de que estaban solos y del estado de embriaguez" de la menor, presuntamente la violó sin que la chica pudiera oponer "obstáculo alguno, dado el grado de inconsciencia en el que se encontraba".

Además de los seis años de cárcel que reclama por estos hechos, la Fiscalía demanda también que el inculpado compense con 3.000 euros a la perjudicada y que no pueda comunicarse con ella ni aproximársele durante diez años.

No obstante, la acusación particular pide quince años de reclusión, diez de alejamiento y nueve de libertad vigilada, al entender que el encuentro del acusado con las tres amigas no habría sido "casual" ya que el propio inculpado les habría manifestado que las conocía por sus perfiles en una red social.

La acusación particular entiende también que la víctima fue encerrada "bajo llave" en el local en el que sucedieron los hechos, donde el hombre habría mantenido "deliberadamente su encierro" haciendo "caso omiso" a las reiteradas llamadas telefónicas que el padre de la chica efectuó a su móvil y sin atender tampoco a las "insistentes llamadas a la puerta del local" que realizaron los agentes de la Policía Municipal.

Según recoge el escrito de la acusación particular, que solicita también una compensación de 15.000 euros para la menor, el paradero de la chica fue descubierto sobre las 12.50 horas del día siguiente, gracias a una aplicación informática que el progenitor de la chica tenía instalada en su móvil y que desveló su "ubicación exacta".

"Sólo entonces -aclara este documento-, el acusado facilitó la liberación de la joven, haciendo entrega al padre de la llave del local, quien puso fin a su encierro" de su hija "abriendo la puerta" con ella.