Bilbao - Adriana Ocampo, conocida geóloga planetaria y miembro de la NASA, ofreció una conferencia el viernes en la Escuela de Ingeniería de Bilbao sobre la misión Nuevos Horizontes. El astrofísico Agustín Sánchez Lavega, profesor de la UPV/EHU, fue el encargado de presentar a la ejecutiva de este programa, de la que destacó su amplia experiencia en misiones espaciales y en los cuerpos del sistema solar, al igual que los galardones recibidos a lo largo de su carrera científica.

Ocampo es responsable de las relaciones de la NASA con la Agencia Espacial Europea en las misiones a Venus. Llevan su nombre hitos como el descubrimiento en 1988 del cráter ocasionado por un meteorito en Yucatán, que provocó la extinción de los dinosaurios. Su discurso del viernes fue dirigido a la implicación de los jóvenes en la investigación y colaboración en tareas de exploración espacial. “Se necesitan más profesionales de todas las áreas posibles y en misiones a largo plazo para investigar el espacio profundo; se pone de manifiesto, además, la necesidad de nuevas tecnologías”, resumió.

Su presentación versó sobre la misión Nuevos Horizontes en la que participa de manera activa desde su creación. Ocampo comenzó contando el lanzamiento del cohete con el que dio inicio este proyecto, el 19 de enero de 2006. La misión, que fue varias veces cancelada por cuestiones presupuestarias, hizo historia, ya que sobrepasó la órbita de la Luna en nueve horas y en un mes llegó a Júpiter, donde pusieron a prueba todos los sistemas como entrenamiento para su próximo destino. En 2015 alcanzó su verdadero objetivo, Plutón, planeta del que lograron recabar una ingente cantidad de información. El aparato enviado al planeta enano “es del tamaño de un piano de cola pequeñito”, resulta extraordinariamente útil y “seguirá funcionando hasta que la nave no sea capaz de enviar más información”, aseguró Ocampo.

Al proyectar las imágenes de alta resolución captadas por la nave en Plutón, la doctora Ocampo presentó entusiasmada: “Plutón nos recibió con amor”, en referencia a una imagen del planeta en la que se puede observar una superficie claramente diferenciada del resto en forma de corazón. La geóloga explicó más técnicamente los componentes de un “material orgánico” encontrado en el planeta que podría explicar su color rojo. Además, con infinidad de imágenes captadas por la nave de Nuevos Horizontes, demostró la antigüedad del terreno, la presencia de cráteres de impacto en su superficie, la rotación de témpanos y la posible existencia de flujos glaciares. “La vida tal como la conocemos”, dijo, recalcando el descubrimiento de “un Plutón activo”, con una atmósfera extraordinariamente compleja, incluso con capa de ozono. “Esto cambió completamente el esquema de este planeta menor que pensábamos más inerte”, explicó.

Al finalizar su charla, Ocampo creó conciencia de las aportaciones de la tecnología espacial a la vida diaria, entre cuyos beneficios se encuentran algunas derivaciones como el teléfono inteligente. Terminó con una nueva vista del sistema solar reconstruida a partir de los descubrimientos de esta misión. “Ahora sabemos que existen ocho planetas -aunque su equipo sigue contando nueve, con Plutón- y varios miles de planetas menores alrededor”, aclaró. Describió a todo el grupo de Nuevos Horizontes como un equipo de soñadores y aseguró que “la ciencia y la exploración permiten entendernos mejor como especie, saber de dónde venimos, cómo se originó la vida y hacia dónde va nuestro planeta”.

MUJER DE CIENCIA Entre los principales intereses de esta geóloga planetaria se encuentran la divulgación científica, la cooperación internacional y el apoyo a la mujer en la ciencia. La revista Discovery la considera una de las cincuenta científicas más influyentes a nivel mundial. Como directora de proyectos científicos de la NASA admite que son pocas las mujeres en puestos de responsabilidad semejantes y anima a las niñas a interesarse por carreras científicas y sacar adelante sus sueños sin dejarse dirigir hacia otros estudios que frustren su vocación científica o técnica.

Eran pocas las mujeres presentes en la Sala de Conferencias de la Escuela de Ingeniería de Bilbao, y al llegar la ronda final de preguntas, la doctora Ocampo llamó la atención, tras cuatro o cinco cuestiones, sobre que únicamente había sido interpelada por hombres, animando a participar a las asistentes femeninas. Fue una estudiante la que apuntó una pequeña apreciación que alegró enormemente a la investigadora sobre una nueva misión de la NASA.