BILBAO. El territorio que más recicla este tipo de residuos es Gipuzkoa, con 120 gramos anuales por habitante, seguido de Bizkaia, con 115,9 y Araba, con 108,36 gramos.

Así lo ha dado a conocer este jueves en una conferencia de prensa en Bilbao la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno vasco, Elena Moreno, sobre los resultados alcanzados en Euskadi por Sigre, entidad creada por la industria farmacéutica para la recogida y tratamiento de medicamentos usados y que realiza esta función en Euskadi desde hace 17 años.

Moreno ha revelado que los vascos son de los más concienciados con el hecho de que tirar a la basura ordinaria o por el váter medicamentos no usados es perjudicial para el medio ambiente.

Ha revelado también que en los últimos 5 años, los envases y restos de medicamentos depositados en los puntos de recogida de Sigre en las farmacias de Euskadi aumentaron un 6 %.

El director general de esta entidad, Juan Carlos Mompaso, ha precisado que este dato es positivo desde el punto de vista medioambiental, ya que supone que menos medicamentos han acabado en la basura, pero ha matizado que médicamente supone que aún se recetan o compran más medicamentos de los que se necesitan.

La vicepresidenta del Consejo de Farmacéuticos del País Vasco, Milagros López de Ocáriz, ha señalado por su parte que en los últimos años las farmacias vascas han constatado un descenso de los medicamentos que se desechan en los puntos Sigre instalados en sus establecimientos.

Por ello, la viceconsejera ha incidido en la importancia de llevar a los puntos de recogida Sigre no solo los medicamentos sobrantes, sino también sus envases, envoltorios de cartón y los prospectos con las recomendaciones de uso.

"El medicamento hay que llevarlo a reciclar tal cual se compró, con su caja y todo", ha subrayado.

Los puntos Sigre de recogida de medicamentos y envases desechados se instalaron en 2002 en un total de 831 farmacias de los tres territorios vascos y los residuos recogidos se llevan a 7 almacenes distribuidos por la geografía vasca, antes de ser enviados a la planta de reciclaje, instalada en Valladolid.

Milagros López de Ocáriz ha aconsejado hacer una revisión de los botiquines domésticos, al menos, una vez al año, aunque lo ideal sería cada seis meses y llevar a reciclar los medicamentos que no se usen o que estén caducados.