Lekeitio - “Eurijari ikararik ez euki, jakia eta botak jantzi, euskarari eutsi eta Lekittoko Ibilaldira etorri”. Al mal tiempo siempre hay que ponerle buena cara. Así lo hicieron ayer miles de euskalzales que se desplazaron hasta Lekeitio, localidad en la que el euskera cuenta con unas sólidas raíces, para vivir la fiesta del Ibilaldia. Aunque las previsiones no eran nada halagüeñas, los peores pronósticos se confirmaron desde primera hora. Y es que la lluvia acompañó a lo largo de la jornada al Ibilaldia en todo su recorrido. A pesar del chaparrón, la 40 edición de la fiesta de las ikastolas vizcainas, cuya organización recayó en la ikastola Azkue, contó con el respaldo de numerosos fieles llegados desde diversos puntos de Euskal Herria para disfrutar de una cita que ofreció una “muestra de la pluralidad vasca”. El lema de esta edición Hara-tzago (Ir más allá), refleja a la perfección esa labor conjunta que realizan desde hace años docentes como estudiantes, padres y madres de la ikastolas. Una ardua labor de construcción de un modelo educativo que ayer en su día grande se vio perjudicada por el mal tiempo. “Es una pena que los padres y madres que tanto han trabajado en el Ibilaldia no vean el resultado y, desde el punto de vista económico, las cuentas son decisivas para nosotros, porque somos una ikastola pequeña. Esperamos que la gente que no ha podido acudir por el mal tiempo, desde casa pueda ayudarnos”, explicó Ibon Goitia, director de la ikastola Azkue.

A las diez de la mañana tuvo lugar el pistoletazo de salida de la fiesta en las instalaciones de la ikastola. Hasta allí se desplazaron responsables institucionales como la consejera de Educación del Gobierno vasco, Cristina Uriarte; el consejero Política Lingüística y Cultura, Bingen Zupiria; el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria; la diputada de Cultura, Lorea Bilbao; la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa; el presidente del PNV, Andoni Ortuzar; o el anfitrión de la jornada, el alcalde de Lekeitio, Koldo Goitia, entre otros muchos. El regidor lekeitiarra lamentó que la meteorología no acompañase pero alabó el espíritu reivindicativo y festivo de la gente. “Al mal tiempo hay que ponerle buena cara y mucho ánimo”, resumió.

Por su parte, Koldo Tellitu, presidente de Ikastolen Elkartea, deseó que la cita de ayer fuera “el Ibilaldia lluvioso más concurrido de la historia”, afirmó. Durante su discurso, Tellitu puso en valor todo el trabajo realizado por la ikastola Azkue “durante todo un año” y reiteró que para ellos esta jornada supone un objetivo doble. “Es festiva y reivindicativa”, esgrimió.

En este sentido, también lanzó un mensaje a las instituciones. “Nuestro sistema educativo necesita un acuerdo ya para el conjunto de la enseñanza y una ley que regule el conjunto del sistema educativo porque tenemos dos grandes retos por delante. Por un lado, hacer frente a la euskaldunización de nuestro alumnado y, por otro, la del alumnado extranjero”, señaló. “Para eso necesitamos más determinación por parte del Gobierno vasco”, agregó.

Por su parte, el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, agradeció en nombre de Bizkaia “el trabajo realizado por las ikastolas, por el profesorado, alumnado y padres y madres” y también animó a la sociedad a “utilizar el euskera en el día a día y en las tareas cotidianas”. Además, Rementería animó a la sociedad a “ayudar a aquellas personas que empiezan a utilizarlo” para que “pierdan la vergüenza” y adquieran “confianza”. La labor de las ikastolas también fue reconocida por la consejera de Educación, Cristina Uriarte, quien destacó la fortaleza del euskera como resultado del trabajo realizado durante estos años y abogó por la “integración” del alumnado inmigrante.

El ambiente fue despegando poco a poco, en función de la tregua que daba la lluvia. Muchos se refugiaron en el pórtico de la basílica de la Asunción de Santa María. Allí sonó Euritan dantzan de Gatibu, un tema más que apropiado para el día que hacía.

ambiente Bajo la lluvia, la fiesta fue tomando temperatura y las calles de Lekeitio se llenaron de color y actividad. Así, el euskera fue resonando poco a poco con más fuerza a lo largo del circuito de 2,5 kilómetros dividido en cuatro espacios: HA (la ikastola Azkue), RA (Plaza-parque y puerto), TZA (secadero Eiguren) y GO (faro de Santa Katalina). No obstante, para evitar posibles accidentes por las fuertes rachas de viento, parte del recorrido previsto se cerró poco antes del mediodía a la altura del Paseo del Faro, lo que redujo a prácticamente la mitad el itinerario. Más tarde se cerró también el área 3 y los conciertos previstos, Nabil, Izaki Gardenak y Nogen, se trasladaron a las dos áreas abiertas. Como consecuencia de las cancelaciones, los organizadores habilitaron dos números de cuenta en Laboral Kutxa y Kutxabank para que la ciudadanía pueda realizar aportaciones voluntarias, que ayuden a mejorar el balance económico del centro.

Pese a todo, a lo largo de la jornada hubo numerosas actividades dirigidas tanto a niños, jóvenes y familias, como conciertos, juegos, espectáculos exposiciones de productos de kilómetro cero, talleres, deporte -el mal tiempo no arruinó un circuito acuático en piragua-; danza o cuentos. Una de las novedades de este año fue la aplicación IkasJai, un juego para terminales móviles en el que los jugadores tuvieron que superar unas misiones relacionadas con la vida cultural de la localidad. Por último, con el fin de que la fiesta fuera sostenible, brigadas de la organización se afanaron en mantener el circuito y los espacios limpios. También se buscó que fuera una fiesta paritaria con agentes y espacios morados a lo largo del circuito.

Si bien en 2003, la última vez que Lekeitio acogió el Ibilaldia, el lema fue Dzanga geurera, con el que se invitó al pueblo a sumergirse en el euskera, esta vez la consigna fue ir más allá dando paso al Haratzago pedagógico que cumple a rajatabla la ikastola de Lekeitio, fundada en 1964. Una vez más, Lekeitio volvió a demostrar que es una localidad que tiene bien asentadas las raíces del euskera y que está presente en sus calles, en sus plazas, en su puerto y, sobre todo, en su gente. Una sólida unión que no pudo diluir ayer ni la lluvia. Ibilaldia ya cuenta con próxima parada: Elorrio. Allí, Txintxirri Ikastola tomará el testigo que le fue entregado ayer de manos de la ikastola Azkue.