DONOSTIA. Según el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Efe, los hechos, que serán juzgados próximamente en la Audiencia de Gipuzkoa, sucedieron sobre las 3.00 horas del 2 de agosto de 2017, cuando la víctima, que por entonces tenía 48 años, pasó por delante de un parque del barrio donostiarra de Amara, en uno de cuyos bancos se encontraban sentados el inculpado y sus dos amigos.
El afectado llamó la atención a los tres jóvenes por el ruido que estaban haciendo, motivo que dio lugar a una discusión entre todos ellos durante la que los tres amigos golpearon al hombre en diversas partes del cuerpo.
A raíz de esta paliza, el perjudicado sufrió "heridas por mordedura en la mano derecha y erosiones contusas en la zona parietotemporal izquierda", tras lo que dos de sus agresores abandonaron el lugar.
No obstante, la discusión se reanudó poco después entre la víctima y el otro joven que se había quedado en la zona, quien esgrimió una navaja de monte de nueve centímetros de hoja y, "con ánimo de causarle la muerte, presuntamente "le asestó tres puñaladas", dos de ellas en el pecho y una tercera en el abdomen.
Seguidamente, el agresor, que por aquel entonces tenía 19 años, salió corriendo aunque, según informó en su momento el Departamento vasco de Seguridad, una dotación de la Ertzaintza lo localizó en las inmediaciones, agachado junto a un banco, con restos de sangre en sus ropas.
La víctima fue trasladada al hospital, donde fue intervenida quirúrgicamente de sus lesiones, de las que se recuperó tras quince días de convalecencia.
Los forenses del caso emitieron un informe en el que explicaron que ninguna de las heridas sufridas por el perjudicado podría haberle "conducido de manera aguda a la muerte", si bien todas ellas "supusieron el compromiso orgánico suficiente como para precisar tratamiento médico urgente y especializado", sin el cual "hubiera podido acaecer el fallecimiento de manera diferida como consecuencia de severas complicaciones".
La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa por el que reclama para el acusado siete años de prisión y que no pueda comunicarse con la víctima ni aproximarse a ella durante ocho años.
Por su parte, el perjudicado no interpuso denuncia por lo sucedido y renunció a ejercer las acciones legales que pudieran haberle correspondido.
El juicio por estos hechos tendrá lugar este mes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa.