Bilbao - Los dos últimos días de huelga convocados por los sindicatos en los colegios concertados arrancan hoy en demanda de la renovación de un convenio colectivo con diez años en vigor. Con ellas suman ya 24 jornadas de huelga durante este curso, lo cual está trastocando la normalidad escolar de 107.000 estudiantes de los 250 colegios de Kristau Eskola y AICE afectados por el conflicto, sobre todo la de quienes se presentarán a Selectividad. Tras el cierre en falso de la última tanda de paros los pasados 1, 2, 3 y 4 de abril, el conflicto llega a mayo sin avances y sin una solución a la vista.

Hasta la fecha no han funcionado las constantes apelaciones por parte del Gobierno vasco y las familias para que centrales y patronales abandonen las posturas “maximalistas” en las que están enrocadas. Las más de treinta reuniones mantenidas por el Departamento de Educación con las partes o sus aportaciones en materia de recolocación del personal por el cierre de aulas tampoco han dado los frutos deseados. Y hasta la fecha ni sindicatos ni patronales han dado el paso de recurrir a la mediación para intentar acercar posturas, tal y como exigen las familias, el Gobierno vasco y el propio Ararteko.

La reunión frustrada en el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) debido a la negativa de la patronal mayoritaria a asistir al encuentro, por entender que se trataba de una “maniobra”, porque los sindicatos no habían solicitado la intervención de ese órgano, muestra a las claras el estado de las relaciones entre las partes. No ha trascendido que la negociación se haya reactivado ni antes ni después de Semana Santa, con lo que cabe pensar que el desencuentro se halla en el mismo punto que en abril.

La patronal mayoritaria del sector mantiene que no puede mejorar su última oferta, mientras los sindicatos consideran que la propuesta aún está muy lejos de sus reivindicaciones. En vísperas de los paros de este mes, ELA, Steilas, CC.OO., LAB y UGT anunciaron una nueva ronda de contactos con los grupos del Parlamento Vasco para denunciar “la falta de voluntad negociadora” de las patronales y la “irresponsabilidad” del Departamento de Educación. Las centrales aseguran que durante el conflicto, pero especialmente en las últimas semanas, la patronal ha tenido una posición “totalmente volátil, incomprensible y grave”.

En febrero la solución parecía posible. Según la versión sindical, la oferta que la patronal presentó en las reuniones bilaterales tras los ocho días de paro de enero “abrían la posibilidad de acercar posturas y acuerdos”. Sin embargo, en la reunión de la mesa negociadora del 25 de marzo la cosa se torció porque Kristau Eskola dio marcha atrás “cerrando toda posibilidad de negociación”, aseguran.

La representación sindical también critica la “enorme irresponsabilidad” del gabinete que dirige Cristina Uriarte a la hora de dar una salida al conflicto, porque el Departamento se habría limitado a reunirse con los sindicatos, a petición de estos, y únicamente cuando ya se habían completado 18 jornadas de huelga. El Gobierno vasco, por su parte, siempre ha mantenido que la responsabilidad de buscar una solución al conflicto laboral recae en las partes. No obstante, el Departamento de Educación ha colocado sobre la mesa varias medidas que sí son de su competencia, encaminadas a incentivar la recolocación por el cierre de aulas y fórmulas de jubilación parcial unidas al contrato relevo.

Cortina de humo Aun así, los sindicatos del sector ven en esta postura una cortina de humo. Y es que según denuncian, hace cuatro años hicieron llegar a Educación y a las patronales una propuesta de recolocación para los trabajadores que pierdan su puesto por el cierre de aulas, pero la Administración no dio ningún paso para hablar de ello “hasta hace aproximadamente un par de meses”, dicen. Las centrales consideran que el camino recorrido de momento es totalmente insuficiente y “no hay garantías mínimas de recolocación”.

Así las cosas, el cansancio por la situación ha hecho mella en las familias y en los claustros docentes, que realizaron un seguimiento desigual en los últimos paros del mes pasado. Las familias llaman a las partes a que acepten una mediación para poner fin al conflicto porque de lo contrario creen que se podría prolongar durante el próximo curso, 2019-20.

El Gobierno vasco mantiene los servicios mínimos decretados en los paros de enero, que aumentaban el número de efectivos por centro. Si habitualmente hay dos personas de la dirección para atender todo el colegio, el Departamento de Trabajo y Justicia incrementó ese número para “proporcionar una mayor seguridad”, sobre todo en las etapas donde el alumnado es más pequeño. Así, además de las personas de dirección, los servicios mínimos se amplían a un docente por cada etapa educativa y dos en el caso de Infantil y Primaria en caso de que haya más de cien escolares matriculados.