BILBAO. El tráfico denso se ha registrado en los puntos críticos de la red viaria vasca en estas fechas, la A-8 en el límite territorial con Cantabria, la AP-8 en el peaje de Biriatou y el enlace A-1/AP-1 en el nudo de Armiñón. En total se han registrado 59 accidentes de tráfico, 1 menos que el año pasado en el mismo periodo festivo.

Dos personas han perdido la vida en las carreteras de Euskadi en la Semana Santa de 2019. El primer accidente mortal se produjo el sábado, día 20, en la A-1, en Júndiz, sentido Irun, cuando una mujer de 41 años perdió la vida tras salirse de la calzada con su vehículo. El mismo día, un hombre de 50 años perdió el control de su vehículo en la A-624, en Zuia, resultando fallecido horas después en el hospital.

Son las primeras víctimas mortales registradas en Semana Santa desde 2012, año que contabilizó 2 personas fallecidas también en Araba y 7 personas heridas graves. Además de las dos personas fallecidas, este año también se han registrado otras 2 personas heridas graves, de un total de 59 accidentes (en 24 ha habido personas heridas y en 35 no), 1 menos que en 2018.

En cuanto al tráfico, los datos muestran que el número de desplazamientos, tanto de salida como de entrada, ha sido de un total de 472.000, un 3% mayor que en 2018.

"A pesar de haberse registrado un ligero descenso en el número de accidentes en Semana Santa hay que lamentar el fallecimiento de dos personas en sendos accidentes de tráfico ocurridos en Alava. Es, por ello, que desde la Dirección de Tráfico tenemos que continuar trabajando por reducir la accidentalidad. La concienciación y la prevención, junto con la gestión de tráfico, son nuestras mejores herramientas para ello", ha declarado la directora de Tráfico, Sonia Díaz de Corcuera, tras destacar la labor de apoyo realizada durante toda la Semana Santa por los y las 200 agentes de la Ertzaintza, que han velado por la correcta fluidez de vehículos a pie de carretera.

Tráfico en los puntos críticos habituales

En el enlace entre la A-1 y las AP-1, en el nudo de Armiñón, en operación salida, hubo tráfico denso el miércoles entre las 16:00 y las 20:15, llegando a alcanzar los 6 kilómetros a las 16:40. El jueves, la circulación de vehículos fue intensa entre las 07:30 y las 13:50, llegándose a generar retenciones de 6,5 kilómetros sobre las 11:25. La operativa habilitada por la Dirección de Tráfico -en coordinación con la Ertzaintza, la Diputación Foral de Araba y el Cuerpo de Miñones- destinada a descongestionar la A-1 recomendando, mediante señalización provisional, el uso de la N-1 entre La Puebla de Arganzón y el enlace A-1/AP-1 en Armiñón, ayudó a que la circulación fuera más fluida.

En retorno, el dispositivo especial activado por la Dirección de Tráfico ha contribuido a una circulación más fluida en Armiñon, al ?robar? un carril a la A-1 en favor de los vehículos que se incorporan desde la AP-1.

En otro de los puntos críticos de la red viaria vasca en Semana Santa, en la AP-8, en el peaje de Biriatou, sentido Francia, la densidad más alta de vehículos se registró el miércoles, entre las 16:20 y las 20:15, llegando a alcanzar los 10 kilómetros de longitud sobre las 12:00. La mañana siguiente, en Jueves Santo, hubo tráfico denso entre las 09:00 y las 17:20. Las retenciones fueron de hasta 10 kilómetros ese día, lo que supuso una congestión del tráfico mayor que la vivida en 2018, cuando alcanzaron los 8 kilómetros.

Los desplazamientos en la A-8, entre Bilbao y el límite territorial de Cantabria, han sido más escalonados que en 2018 debido a la climatología. Así, el miércoles por la tarde no se registró tráfico denso en ese punto. El jueves hubo retenciones de hasta 13 kilómetros, agravadas por un accidente en zona cántabra. En este punto, el tráfico más denso se registró el jueves entre las 10:30 y las 15:15. En retorno, se produjeron retenciones de hasta 6 kilómetros entre Abanto-Zierbena y el límite con Cantabria, entre las 18:15 y las 19:45, acentuadas por un vehículo averiado que obligó el cierre de un carril.