Bilbao - Helena Maleno lleva años avisando a Salvamento Marítimo o a la Marina marroquí cuando hay una patera en peligro en alta mar. Por ello se ha convertido en un referente en la defensa de los derechos de los migrantes y también por ello ha sido criminalizada. Recientemente, la Justicia marroquí archivó definitivamente una causa en su contra que se remonta a 2012 y que comenzó en el Estado español. A pesar de la persecución, Maleno no ha dejado de realizar su labor en ningún momento. Ayer mismo, una patera con 22 personas a bordo permanecía desaparecida y su teléfono no dejaba de sonar.

Un juez de Marruecos archivó su causa. ¿Feliz?

-Estoy muy contenta porque el juez marroquí no solo dice, como decía la Audiencia Nacional, que lo que hago no es delito, sino que incide en que es un trabajo humanitario. Esta sentencia ha sentado jurisprudencia en Marruecos, pero también da una lección a Europa. Mientras en toda Europa hay más de 45 casos de criminalización de la solidaridad y del trabajo humanitario, hay un juez marroquí que le dice a Europa que esto que estamos haciendo no solo no es delito, sino que es necesario.

¿Se siente todavía perseguida?

-La criminalización y la persecución no se termina de la noche al día. Hay temas de difamación, de amenazas graves. Vivo como muchas compañeras de Latinoamérica, y no porque viva en Marruecos, lo vivo también cuando me traslado al Estado español. He recibido fotos con balas, con pistolas... Y cuando he puesto denuncias de amenazas no han sido investigadas. Europa no es esa Europa de los derechos humanos, Europa está persiguiendo a defensoras de derechos humanos.

¿Cómo afecta a su día a día esta persecución?

-He sido investigada desde 2012 por tres policías: Ucrif, Frontex y la policía marroquí. El dosier de la policía española no era un dosier policial al uso, era político. Me costó mucho enfrentarlo, me sentí muy desprotegida. Las defensoras que trabajamos en frontera estamos en medio, atacadas por industrias criminales y por las propias policías. Entonces, ¿quién nos protege? Yo cuento con organizaciones que trabajan en mi protección, tenemos reuniones de seguridad y nos protegemos colectivamente. Tenemos que extender las redes para protegernos de forma colectiva porque la persecución no se va a terminar. Las fronteras son un negocio grandísimo, donde hay empresas con mucho dinero apostando por él, empresas de venta de armamento. Es lo mismo que sucede en Latinoamérica, ¿por qué se mata cada vez más a defensoras de derechos humanos? Porque ahí están los intereses de las empresas extractivas. Nosotras aquí tenemos intereses de empresas de guerra y cada vez más vamos a ser perseguidas, criminalizadas y, si hace falta, asesinadas.

¿Ha percibido un cambio en la política migratoria con el actual gobierno?

-Aunque se maquille, detrás están los intereses de las industrias de la guerra. Cambia el gobierno, pero los intereses económicos que están moviendo las políticas europeas de control de fronteras están ahí. Están haciendo lobby en el Parlamento europeo y están haciendo lobby en los gobiernos europeos. ¿Existe racismo institucional cuando gobierna la izquierda? Sí. El racismo se ha institucionalizado, forma parte del sistema que permite el negocio del control de fronteras. Tenemos que volver a la Europa de los derechos humanos, porque estamos volviendo a la Europa de la extrema derecha, del racismo institucional y a la Europa de las mercancías, de los cuerpos como mercancías. Lo que pasa es que durante años se ha normalizado tanto que el control migratorio estaba por encima del derecho a la vida, que se puede esclavizar esos cuerpos migrantes, tantos años se han dado esos bulos, esos rumores, ese odio hacia el otro, que ahora es muy difícil de construir ese discurso, es más fácil irse hacia las consignas racistas de la derecha y la extrema derecha. Las políticas de control de fronteras las han hecho tanto unos como otros de forma igualitaria.

El Gobierno español mantiene bloqueados el ‘Open Arms’ y el ‘Aita Mari’, también se han reducido los barcos de vigilancia de los estados europeos en el Mediterráneo. ¿Esto qué supone?

-Lo que pasó en el Mediterráneo central es lo que quieren hacer en el Mediterráneo occidental. Consiguieron eliminar los servicios públicos de rescate y no dijimos nada porque llegaron las organizaciones sociales. ¿Sabes qué fácil es quitarte de en medio a las organizaciones sociales? ¿Qué ha usado el Estado español? Decir que esos barcos no están preparados para hacer ese tipo de rescates y seguramente se habrán agarrado a una ley y tendrán razón. En el Mediterráneo central ya hemos logrado que no haya responsabilidad por parte de los estados, que la responsabilidad sea de las organizaciones, y ahora se han quitado de en medio a las organizaciones, entonces ya no hay nadie. Y es lo que quieren hacer aquí. El Estado tiene obligación de proteger el derecho a la vida en el mar. Aquí, Salvamento Marítimo está perfectamente capacitado con profesionales marinos de un nivel importantísimo. Teniendo eso, no nos hace falta que las ONG hagan ese trabajo.

En cambio, la presencia de Salvamento Marítimo se ha reducido.

-Se han reducido efectivos, se ha cesado a personas que tenían responsabilidades y que estaban en una línea más de defensa del derecho a la vida, y se les ha cesado con una carta en la que ponía por falta de confianza. Cargos con una trayectoria marina impecable y con un enfoque de derecho a la vida. Se ha puesto un mando único militar, que es el que gestiona las operaciones. Es un enfoque de control migratorio. Va a cerrar el centro de Salvamento Marítimo de Tarifa, sabiendo que es una zona muy caliente donde llegan pateras muy pequeñas que van a remo. Esas pateras necesitan de una búsqueda y una localización lo más pronta posible, porque son muy vulnerables. Otra serie de medidas sería mejorar las relaciones con Marruecos y, luego, hay algo que es muy sangrante, que muestra la deshumanización y el racismo institucional.

¿A qué se refiere?

-Cuando las víctimas de naufragios llegan a la costa española y directamente no se les aplica el protocolo de víctimas de tragedias, sino la ley de extranjería. No digo que no haya que hacerlo después, pero cuando tú has visto cosas como a una madre que tenía a su hija en los brazos y cómo la primera ola ahoga a la hija pero la madre no la suelta, cómo la segunda ola se lleva a la hija y cómo la tercera ola acaba ahogando a la madre, tú llegas a la costa y no puedes ser interrogada sobre quién era el capitán de la patera, no puedes ser puesta en un centro policial durante 72 horas para ser identificada, eso no es humano y eso lo estamos haciendo en el Estado español. O que no haya un teléfono donde los familiares puedan llamar cuando hay un naufragio y que haya que esperar 72 horas para que los supervivientes puedan ponerse en contacto.

¿Cuál es la situación actual en la frontera?

-Las muertes siguen sucediéndose porque falta una mejora de esos efectivos de coordinación, sobre todo. Y falta tener capacidad de tomar medidas políticas respecto al derecho a la vida. Todas las medidas políticas que se están tomando están en el marco de la necropolítica. Europa aplica políticas de muerte, son políticas de dejar morir y hacer morir. No se trata de que tenemos una realidad migratoria y la realidad es que los migrantes se mueren. No, señor. Usted está haciendo políticas para que los migrantes se mueran, porque eso da dinero, da dinero a industrias de guerra.