Bilbao - El próximo año, del 20 al 22 de septiembre, Bilbao y Bizkaia acogerán la asamblea anual de la Asociación Europea de Organizaciones del Orgullo, en un año en el que se celebra, además, el 50 aniversario de los disturbios de Stonewall. El sociólogo y responsable de la candidatura, Fabio González, defiende que es una oportunidad para Bilbao “de ser colíder en esa apuesta por una Europa inclusiva y abierta”.

Satisfechos, supongo.

-Mucho; unir a Bilbao y Bizkaia con valores de inclusión, de diversidad y de respeto es algo muy positivo.

Pónganos en antecedentes. ¿Qué es la EPOA, la Asociación Europea de Organizaciones del Orgullo?

-Fue fundada en 1992 y reúne a las expresiones Pride del continente, que promueven la visibilidad, la solidaridad y la reivindicación del bienestar y los derechos de la comunidad LGBT+. Organiza, por un lado, la gran celebración de Europride y su conferencia anual (AGM), que se ha celebrado en Gotemburgo, Viena o Vilnus, en Lituania, que es la que se va a celebrar en 2019 en Bilbao. Además, un día antes, el jueves 19 de septiembre, tendrá lugar una conferencia atlántica, la primera que se celebra y que reunirá a entidades de todo el eje.

¿En qué consiste esa conferencia?

-Llegarán delegados de toda Europa; habrá grupos de trabajo sobre temas como migraciones y refugio LGBT, visibilidad, condiciones de la población trans, mujeres, jóvenes... Hay contactos con un alto representante de Naciones Unidas para que asista como ponente. También se elegirá la sede de Europride 2022, el evento que congrega a más gente de manera periódica año tras año, todo un fenómeno social y cultural.

¿Por qué proponer a Bilbao?

-Siempre ha sido una ciudad dispuesta al cambio, a transformarse, y esa transformación urbana tan conocida también ha estado acompañada de la social. Es la gran oportunidad para Bilbao para ser colíder de esa apuesta por una Europa inclusiva y abierta. Nos va a poner en el mapa.

¿Cuál fue la clave para convencer a los delegados?

-Hemos vinculado la sede con valores sociales como la inclusión, la solidaridad; así como hemos transformado urbanísticamente Bilbao, ayudemos a transformar Europa. Sin ser una gran capital, porque a menudo se vincula este movimiento a las grandes urbes, la han visto como un lugar de gente sencilla que aspira a cosas grandes y que lucha por conseguirlas, siempre sin pisar a los demás. Ese componente humano ha decantado la balanza.

Competían con Atenas e Ibiza. Rivales duros, ¿no?

-Sí, sobre todo en la medida en que lo Pride tiene un compromiso de acción social. Ha sido una competición elegante pero, al final, todos queríamos ganar. Siempre hemos creído que llevábamos el mejor proyecto pero nunca sabíamos qué iba a pasar. Nuestra candidatura llegaba con muchísimos apoyos, además de las de la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao: del Ayuntamiento de Burdeos, Gehitu, Ortzadar, asociaciones LGBT+ de A Coruña, Biarritz, Burdeos, Brest o Gijón... Bilbao está liderando ese espacio de solidaridad y visibilidad LGBT+ en el eje atlántico.

¿Fue una decisión reñida?

-Tienes que convencer a muchos países distintos, desde Montenegro a Islandia, de Suecia a Malta; estamos hablando de más de 70 organizaciones Pride. La distribución del voto fue muy favorable a Bilbao, solo hizo falta una vuelta. Fue muy emocionante ver que todos pensaban que Bilbao es el lugar adecuado para celebrar este evento. Además, en un año tan especial como el 50 aniversario de los disturbios de Stonewall, los sucesos que dieron lugar al Orgullo LGBT+. Para el activismo y los aliados de esta comunidad es un momento importantísimo. Que ese año Bilbao haya sido elegido para esta cita es algo que asumir humildemente pero con muchas ganas de que estar a la altura del reto.

¿Cuánta gente se espera?

-Moverá a cerca de 200 personas. En conjunto, con la conferencia atlántica, ese número puede ser superior pero aún es pronto para saberlo. Se trabaja mucho la diversidad de los países que asisten, para conocer las diferentes realidades que se viven en ellos. Hay mucha gente que ya ha dicho que va a venir y son personas que vienen a conocer la ciudad, a comprenderla.

La asociación Bizigay ha rechazado esta asamblea.

-La diversidad de opiniones se da dentro de la comunidad LGBT+; el debate es sano.

¿Puede Bilbao optar a ser sede del Europride?

-Ahora toca hacer una gran conferencia. No tenemos que ponernos ningún límite para un futuro esperemos no muy lejano. El potencial de Bilbao es muy amplio.

¿Siguen siendo importantes hoy en día las celebraciones del Orgullo?

-Por supuesto; lo ocurrido en Estambul, donde se ha prohibido la marcha, es un recordatorio de cómo se puede volver atrás. Lo Pride tiene una función esencial: suceder. Si no hay visibilidad en la calle, no hay constancia de que la sociedad es diversa. Es ahí donde las nuevas generaciones encuentran referentes, donde se ven incluidos.