madrid - El azúcar es la nueva amenaza contra la salud pública y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una campaña para reducir el volumen de azúcares añadidos en los alimentos procesados en España, que incluye cambios en la legislación vigente. Paralelamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide gravar con más impuestos a las bebidas azucaradas, culpables de la epidemia de obesidad. En España, la ingesta de azúcar diaria se sitúa en 94 gramos por persona en el caso de los adultos, casi el doble de la cantidad recomendada por la OMS, que es de 50 gramos.
Menos azúcar, más sano es el título de la campaña, que pretende recabar el apoyo ciudadano a través de Internet y elevar esta reclamación ante la administración. Concretamente, la OCU pide reducir en un 10% la actual cantidad de azúcares añadidos en estos productos y que esta política “no quede supeditada a la voluntad del fabricante” -como hasta ahora-, sino que tenga carácter obligatorio para la industria. Además, insta a que dicha reducción no pueda ser compensada con el uso de otros edulcorantes y exige que el etiquetado precise exactamente la cantidad de azúcares añadidos.
La lista de peticiones de la OCU recoge también la adopción de un “mayor control en la publicidad” dirigida a menores de edad y que los productos “con altos contenidos de azúcar, como galletas, bollería o lácteos” no puedan presentar en sus envases “ningún tipo de alegación nutricional o de salud, ni cualquier tipo de aval científico”.
Para la OCU, el “consumo excesivo” de azúcar de hasta 94 gramos al día es una de las causas de que un 54% de la población española sufra de sobrepeso u obesidad, un porcentaje que alcanza el 43% en el caso de los niños.
Por su parte, Azucarera y el Instituto de Estudios Documentales del Azúcar y la Remolacha (Iedar) valoran las acciones de sensibilización pero recuerdan que muchos productos que sustituyen el azúcar en su composición “no son más saludables” e incluso tienen más calorías.
Al mismo tiempo, la OMS pidió a los gobiernos que establezcan nuevos impuestos para las bebidas azucaradas, a las que responsabilizó del aumento de la diabetes, las caries y la obesidad. Según un estudio presentado ayer, con ocasión del Día Mundial contra la Obesidad, aplicar políticas fiscales que generen un aumento del 20% en el precio final de las bebidas azucaradas supondría una reducción equivalente en el consumo de estos productos. Los datos aportados por la organización son alarmantes e indican que una de cada tres personas tiene sobrepeso y que 42 millones de niños menores de cinco años entran en esta categoría.
El 11% de los hombres y el 15% de las mujeres de la población mundial son considerados obesos. Paralelamente, la diabetes de tipo 2 se ha multiplicado por cuatro en los últimos treinta años.
Una lata de refresco contiene cuarenta gramos de azúcar libre (monosacáridos, como fructuosa o glucosa) o el equivalente a diez cucharas de té. Esto significa que con una sola de estas bebidas, un adulto ya consume prácticamente el máximo recomendado de ingesta diaria de azúcar. - Efe