La respuesta pudo ser más larga, más dura e incluso verbalizarla con algún portavoz, pero da la sensación de que alguien se ha mordido la lengua en Sabin Etxea para frenar esta deriva. El PNV respondió este miércoles a las declaraciones del secretario general del PSE a través de una breve nota de cinco frases atribuidas a "fuentes" de la Ejecutiva nacional, lo justo y necesario para dejar claro que, si alguien interpreta que hay una crisis en la coalición, no es por causa de los jeltzales. Fuentes de la Ejecutiva nacional del PNV reprocharon a Andueza sus críticas "injustas y subidas de tono" después de pusiera en duda las ganas de los jeltzales de mantener la coalición de gobierno. La Ejecutiva que dirige Aitor Esteban aclara que "no cuestiona la coalición" y que no va a "entrar en las provocaciones" del socialista. Sus palabras pretenden despachar el asunto y cerrar esta carpeta disipando cualquier duda sobre un cambio de rumbo en el PNV, pero al mismo tiempo evidencian el malestar del partido de Sabin Etxea con el proceder de sus socios, que van al ritmo de un sobresalto por semana.

Las fuentes del EBB atribuyen sus últimas declaraciones a su "nerviosismo, él sabrá por qué", y recuerdan que es él quien ha empleado términos como "deslealtad o desconfianza". Ahí lo dejan, pero de esta redacción se desprende que, si hay que identificar quién está incómodo o quien tensiona, sería el PSE. En el marco del décimo congreso de los socialistas vascos, Eneko Andueza puso la proa hacia las elecciones con la intención de disputar Ajuria Enea al PNV, y su negativa a entrar en el Gobierno de Pradales como vicelehendakari le permite mantener una libertad mayor en su discurso y desmarcarse de los jeltzales, que es lo que está sucediendo ahora.

El PSE acusa al PNV de estar nervioso con la mirada puesta en las elecciones municipales y forales de 2027, pero el PNV ha deslizado estos días el mismo análisis sobre sus aliados socialistas, en la medida en que el macrocentro de refugiados de Gasteiz o el bloqueo del soterramiento del tren de alta velocidad en la capital alavesa interpelan a su alcaldesa, Maider Etxebarria, a la que piden que plante cara ante el Gobierno español aunque lo lidere el PSOE. Ambos partidos llevan diez años gobernando en coalición y el PSE no tiene otra alternativa a corto plazo, porque rechaza una alianza más estable con EH Bildu por razones que tienen que ver con la autocrítica sobre la violencia de ETA. Hay una apuesta por mantener el acuerdo, pero estas tensiones son cada vez más frecuentes y se prevé una larga travesía de dos años hasta las elecciones municipales y forales. Lo que sí parece claro es que el PNV ha decidido responder a las acusaciones de Andueza en lugar de dejarlas correr cuando se trate de palabras mayores.

Otros episodios de tensión... con el Gobierno español como telón de fondo

A modo de dato, las tres últimas polémicas entre los socios (la conexión del TAV con Nafarroa, macrocentro de refugiados y decreto de universidades) están motivadas en buena medida por las decisiones o la indecisión del Gobierno español, no porque ambos socios no se pongan de acuerdo en cuestiones domésticas, por ejemplo, para redactar el contenido de una ley vasca. Se ha entrado en un bucle de réplicas y contrarréplicas difícil de calibrar. Andueza ya amagó el año pasado con revisar la coalición si el PNV decidía romper con Sánchez (una hipótesis que no estaba en la mente de nadie), hubo tensión por la Ley de Vivienda española, y en 2022, esa vez sí con una visión exclusivamente vasca, el PSE acusó al PNV de falta de "lealtad" en algunos ayuntamientos y deslizó que los socialistas podrían verse obligados a buscar la estabilidad en brazos de otro partido.

PNV y PSE gobiernan en coalición en el Ejecutivo vasco, las tres diputaciones, las tres capitales y gran parte de los ayuntamientos de la comunidad autónoma. Esta alianza es la que proporciona una mayoría absoluta al lehendakari Pradales para sacar adelante sus proyectos, y los jeltzales, al mismo tiempo, dan estabilidad al Gobierno español de Pedro Sánchez porque sus cinco votos en el Congreso de los Diputados son imprescindibles. El PNV ha defendido en más de una ocasión esta relación de colaboración mutua para garantizar la estabilidad en las instituciones y sacar adelante la agenda vasca, el cumplimiento del Estatuto de Gernika o un nuevo marco de autogobierno. Se viene de unas elecciones municipales y forales en 2023 en las que ninguno de los dos partidos quiso cambiar de pareja de baile y, aunque EH Bildu ganó las elecciones en Gipuzkoa y en Gasteiz, los dos socios se apoyaron mutuamente para gobernar.